VATICANO - “Un nuevo forum para proclamar el Evangelio”: entrevista al Padre Claudio Pighin, autor del libro “Pastoral de la Comunicación” recientemente publicado

viernes, 21 mayo 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Desde hace algún tiempo a esta parte, se va delineando la urgencia de asegurar el empleo correcto de los medios mediáticos desde el punto de vista de la pastoral. Con este volumen el autor quiere responder a las exigencias de una pastoral para que pueda ser cada vez más orgánica en el mundo de las comunicaciones, para atender a la formación de los sacerdotes, comunicadores y usuarios. Hemos dirigido al Padre Caludio Pighin, PIME, director del Centro de comunicaciones sociales de la Universidad Pontifica Urbaniana, algunas preguntas al respecto



¿Qué significa comunicar hoy, en nuestra sociedad?
Hoy mas que nunca es importante dar a la Palabra toda su fuerza, su ‘corporeidad’. “Dios dijo: que se haga la luz. Y la luz existió” es lo que se encuentran en las primeras líneas de la Biblia, He aquí pues la palabra creadora, fuente de vida, elemento fundamental de la fe cristiana. En los últimos decenios el numero de los medios de comunicación ha aumentado exponencialmente, pero esto no ha coincidido desgraciadamente con el aumento en calidad. En muchos casos, mas bien el fenómeno ha sido de banalización a causa de la inevitable inexperiencia de los trabajadores, así como de los destinatarios y de la gran cantidad de información y estímulos que los medios de comunicación ofrecen cada día a las personas.
En el ámbito eclesial el desafío es pues conquistar el dominio de los instrumentos y de todo el proceso de comunicación. Y además saber conjugar lo escrito, con el audio y video y digital en un perfecto equilibrio para hacer que el testimonio evangélico sea cada vez más vivo y eficaz.

¿Qué entiende cuando dice que la pastoral de la comunicación se presenta en nuestros días como una pastoral de salvación?
A este respecto es importante precisar que la Pastoral de la comunicación no es una pastoral mas. Esta, aun requiriendo estudios específicos, constituye de hecho el soporte fundamental para todo el resto. Partiendo del presupuesto de que no hay vida sin comunicación, también podemos decir que no puede ser vital sin comunicación. Esta es por tanto imprescindible para toda la pastoral en cuanto estrategia para relevar una cada vez mayor presencia aprovechable de Dios en la vida diaria.
Por tanto teniendo claro que esta pastoral no es la “pastoral de los medios” sino la de un proceso de comunicación, resulta indispensable para toda estructura y comunidad ecelsial. De este modo es fácil obtener de ella una fuente de ayuda, de salvación y no una causa de tropiezo.

Se tiene la impresión de que la comunicación católica marca el tiempo. Por una parte se ve al Papa, moderno, gran comunicador...
El Santo Padre es ciertamente un excepcional comunicador: cada uno de sus gestos y sus intervenciones llegan con gran fuerza a sus destinatarios reforzando la evangelización y la Iglesia misma. En todo el Magisterio, notamos también que la comunicación ha sido objeto de importantes reflexiones. No hay que olvidar que la Iglesia es una estructura muy compleja y articulada y por tanto, tiene sus tiempos ineludibles.
En muchas realidades se ha realizado ya plenamente cuanto ha deseado o pedido el Magisterio pero en la práctica hay otras cosas que por diversas razones, están retrasadas. Como ejemplo puedo recordar que en las “orientaciones para la formación de los futuros sacerdotes sobre los medios de la comunicación social” publicadas en 1986 (a la que siguieron entre otras la “Instrucción sobre algunos aspectos del uso de los medios de comunicación social en la promoción de la doctrina de la fe” en 1992) se hablaba de la importancia de formar a los seminaristas en el estudio de las comunicaciones. Sin embargo, todavía hoy, hay seminarios en los que no se han insertado materias adaptadas a este fin.

¿Es posible realizar un proyecto de comunicación global?
En una realidad compleja y con frecuencia dispersiva como la actual no es fácil proyectar a largo plazo. Precisamente en Jesús podemos encontrar el mejor ejemplo de comunicación global: su Palabra, de hecho, ha ‘atravesado’ los desiertos, mares y océanos. Pienso por ello que es útil reafirmar que para comunicar es fundamental, además de una competencia cada vez mayor con respecto a los instrumentos, referirse a la vida y figura misma del Mesías.
¡Miremos en torno! La evasión de los jóvenes, la proliferación de sectas y nuevos movimientos religiosos son los desafíos para nuestra iglesia. A mi parecer el surgimiento de estos eventos se deben más a una falta de comunicación que a una carencia de contenidos. Solamente optimizando el uso de la comunicación, comprendiendo a fondo las posibilidades técnicas, será posible revitalizar los aspectos comunicativos en la evangelización. Creo que de esta forma, podremos hacer nuestra dinámica más aproxima a la gente, llenando así esos vacíos de insignificancia que tanto nos amenazan. Por ello, insito, debemos mejorar cada vez más nuestra comunicación, la cual no se reduce a los simples medios, para poder afirmar la misión evangelizadora que el Señor nos ha confiado. (AP) (Agencia Fides 21/5/2004 Líneas: 69 Palabras:851)


Compartir: