VATICANO/CANONIZACIONES DEL 16 DE MAYO - Paola Elisabetta Cerioli (1816-1865): crecimiento de la sociedad a partir de la familia

viernes, 14 mayo 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Paola Elisabetta Cerioli, hija de nobles nace en 1816 en Soncino de Cremona. Vivió dócil y obediente en la familia hasta los once años, después, por casi cinco años, fue mandada a estudiar lejos de su familia, en un centro de las religiosas Visitandinas, animadas por la espiritualidad salesiana. Al volver a casa, por respetar la voluntad de sus padres, en la que siempre reconoció la Voluntad de Dios, se casó a los 19 años con un viudo de 58 años, heredero de los Condados Tassis, de Comonte de Seriate. De este matrimonio nacieron cuatro hijos, tres de los cuales murieron muy pronto, y el último Carlos, vivió hasta los 16 años. Al quedarse viuda, a la edad de 39 años, única heredera de un ingente patrimonio, y dedicada sin reservas a Dios en el servicio de los pequeños y los pobres, abrió el rico palacio que poseía a las chicas abandonadas del campo.
En 1857 fundó el Instituto de las Hermanas de la Sagrada Familia. Superadas no pocas dificultades, el 4 de noviembre de 1863, realizaba por fin su más profunda aspiración poniendo al servicio de sus chicas su propiedad de Villacampagna de Soncino. Daba así inicio a los “Institutos” de las Religiosas y Religiosos de la Sagrada Familia para la ayuda material y la elevación moral y religiosa de la clase campesina, la más marginada de su tiempo.
Se realizaban así también las palabras del hijo Carlos, quien en su lecho de muerte, le predijo que tendría muchos hijos e hijas en su lugar. Como modelo de vida presentó a los religiosos, religiosas y huérfanas a la Sagrada Familia de Jesús, José y María con el deseo de que cada uno, reconociendo la propia filiación de Dios, aprendiese a ser madre y padre. La sencillez y la humildad constituyeron el aspecto característico de su vida: virtud que recomendaba insistentemente a sus hermanas. Después de haberse hecho pobre con los pobres, murió el 24 de diciembre de 1865, confiando a la Providencia el Instituto femenino, ya fuertemente enraizado y el germen que acababa apenas de nacer del masculino.
Paola Elisabetta Cerioli, se comportó y fue considerada como una auténtica educadora innovadora respecto a su tiempo. Sus casas y sus escuelas nacieron y se desarrollaron con la intención de promover el crecimiento de toda la sociedad a partir de la propia familia. Al mismo tiempo que ella se preocupaba de sus relaciones educativas estaba muy atenta al problema de la pobreza y de las carencias de los niños sin familia. Sus líneas pedagógicas y todas sus intervenciones educativas se entienden dentro del ámbito de su experiencia de fe y más específicamente de su elección de hacerse madre de los niños y niñas pobres, después de haberse hecho evangélicamente pobre socorriéndoles con la caridad que resplandece en el misterio de la Sagrada Familia de Jesús, Maria y José, como representación del misterio de la Trinidad misma.
Las religiosas pertenecientes al Instituto de las Hermanas de la Sagrada Familia son en la actualidad cerca de 250 y trabajan en Italia, Brasil y Uruguay y los religiosos de la Congregación de la Sagrada Familia son unos 80 y tiene comunidad en Italia, Suiza , Brasil y Mozambique. Su apostolado es el educar y formar a los jóvenes para prepararles a vivir en una sociedad que pueda enriquecerse a través de ellos, de los valores cristianos. El fin educativo específico es el de educar a los chicos en actitudes concretas de amor, solidaridad, justicia hacerse cargo de los pobres, marginados. El intento es pues hacer crecer en los chicos la mentalidad y actitud abierta a las distintas pobrezas existentes en el mundo. (SL) (Agencia Fides 14/5/2004 Líneas: 43 Palabras: 632)


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