ASIA/FILIPINAS - Oración, perdón y reconciliación en los veinte años de diálogo islámico-cristiano en el Sur de Filipinas, por el Movimiento “Silsilah” fundado por un misionero católico.

jueves, 13 mayo 2004

Zamboanga (Agencia Fides) - Hace veinte años parecía una utopía y muchos lo consideraban el proyecto de un visionario: hoy, el Movimiento para el diálogo islámico-cristiano Silsilah (que significa “cadena”) es una espléndida realidad en el extremo Sur de las Filipinas, en la isla de Mindanao, donde vive una minoría musulmana de unos cinco millones de personas.
Fue el misionero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME), el Padre Sebastiano D’Ambra, el que se puso en marcha junto con algunos musulmanes, para dar vida a la “Aldea de la armonía”, zona de la periferia de la ciudad de Zamboanga, lugar donde viven en la misma comunidad cristianos y musulmanes, familias, religiosos, consagrados y laicos.
La comunidad dedica toda su vida y sus actividades a cultivar y profundizar el diálogo islámico-cristiano y a difundir un mensaje de paz y tolerancia a través de un testimonio de vida. El Movimiento Silsilah y el instituto cultural anexo son hoy un punto de referencia para jóvenes, universitarios y familias que acuden periódicamente a la aldea con el fin de vivir una experiencia de formación, entender qué es el diálogo y cómo se dialoga, ver cuáles son los puntos en común entre la religión cristiana y la musulmana y cómo se construye una relación de recíproco respeto y acogida, descubrir cuáles son los beneficios y las ventajas de la armonía social y religiosa.
El pasado 9 de mayo, el centro Silsilah festejó el 20 aniversario de su fundación. El movimiento ha atravesado también sus momentos de crisis, que han llegado a poner en duda su misma existencia: por ejemplo con el asesinato del misionero del PIME, el Padre Salvador Carzedda, comprometido activamente en Silsilah, muerto a manos de un extremista en mayo de 1992. Pero el Padre D’Ambra ha resistido, animado por el lema de la aldea que es “Padayon”, exhortación que en la lengua local significa: “Valor. Adelante”.
“Nuestro secreto - explica a Fides el Padre D’Ambra- es la fe en Dios, nuestro creer en el poder de la oración, en el perdón, en la reconciliación, en la esperanza, en la Divina Providencia. Además nos sentimos fortalecidos por el aliento de muchos amigos que nos invitan a seguir adelante en el camino del diálogo, que edifica solidaridad y paz. Hoy estamos felices de poder testimoniar los buenos resultados obtenidos por Silsilah en veinte años de actividad, pero estamos también convencidos de que el recorrido que nos espera es todavía largo”.
Con ocasión del aniversario, la directora de cine Marilou Díaz Abaya presentará un documental de 45 minutos titulado “El Movimiento de Diálogo Silsilah, por la paz de Dios”, que ofrece una visión de conjunto del espíritu y obras del movimiento. Son más de tres mil los jóvenes que en veinte años han seguido los cursos organizados por el Movimiento, y muchos de ellos han lanzado iniciativas de diálogo islámico-cristiano en Filipinas y en otros países del mundo.
El área en que opera Silsilah es el extremo Sur de la isla de Mindanao, gran isla de las Filipinas meridionales, donde vive una fuerte comunidad musulmana y donde están activos históricos movimientos de resistencia y guerrilla como el Moro Islamic Liberation Front. La ciudad de Zamboanga se asoma hacia el mar desde el archipiélago de las Sulu, que es la base del conocido grupo terrorista Abu Syyaf, que en los últimos años ha realizado diversos secuestros y atentados y del que algunos observadores sostienen que mantiene contactos con la organización de Al Qaeda. (PA) (Agencia Fides 12/5/2004 Líneas: 44; Palabras: 603)


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