VATICANO/CANONIZACIÓN DEL 16 DE MAYO - Padre Aníbal M. Di Francia (1851-1927): orar por las vocaciones, al servicio de los pequeños y de los pobres

martes, 11 mayo 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Aníbal Maria Di Francia nació en Messina (Italia) el 5 de julio 1851 en una familia de la nobleza ciudadana. Muy joven, durante la adoración de la Eucaristía, fuente inspiradora de su vida, intuyó por divina inspiración el primado de la oración en la pastoral de las vocaciones. Los versículos del Evangelio: “La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9,37-38; Lc 10,2) se convirtieron en luz para su vida y fuente de su apostolado.
Siendo aún joven advirtió, claramente, la llamada al sacerdocio. Movido por su afán por la salvación y la asistencia a todas las personas, especialmente de los pobres y de los huérfanos, se dedicó a la promoción humana y espiritual de una de las zonas más pobres y degradadas de su ciudad, el barrio Avignone. Fue precisamente en ese barrio, radicalmente transformado por su actividad apostólica, donde inició los Orfelinatos Antoniani (en 1882 el femenino, y en 1883 masculino) para acoger, socorrer y formar “civil y religiosamente” a la juventud más necesitada.
Atraídos por su carisma se unieron a él hombres y mujeres que se comprometieron en el mismo apostolado. Así en 1887 fundó la Congregación de las Hijas del Divino Celo, y en 1897 la Congregación de los Rogacionistas del Corazón de Jesús, con la misión de vivir y difundir las enseñanzas de Jesús sobre la necesidad de orar por las vocaciones, y el servicio de los pequeños y de los pobres, también en tierra de misión. Sacerdote docto y diligente, cultivó y predicó el amor a la Palabra de Dios, la Eucaristía, la Virgen María y los Santos, manifestando una particular devoción y espíritu de obediencia hacia el Papa y los Obispos, sucesores de los Apóstoles. Sintió fuerte el afán misionero.
Trabajó con todos los medios para la difusión del “Rogad”, la orden de Jesús de implorar al Dueño de las mies por el don de los “buenos obreros”, considerándolo un instrumento eficaz de evangelización y servicio de caridad. Instituyó para todos los fieles la Unión de oración por las vocaciones. El sueño que esta oración “se volviera universal” se ha realizado con la institución que hizo Paolo VI (1964) de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Terminó su vida terrena el 1° de junio de 1927 en Messina. Unánimemente ha sido reconocido como “auténtico precursor y acérrimo maestro de la moderna pastoral vocacional” y como “verdadero padre de los huérfanos y de los pobres”. Juan Pablo II lo proclamó beato el 7 de octubre de 1990 y será canonizado el próximo 16 de mayo del 2004.
Las dos Familias religiosas fundadas por el P. Aníbal, las Hijas del Divino Celo y los Rogacionistas, actualmente están presentes en todo el mundo con su apostolado específico: misiones, parroquias, santuarios, centros de espiritualidad vocacional y de difusión de la oración por las vocaciones, escuelas de todo orden y grado, colegios, institutos para discapacitados, centros sociales para hospitalidad y la evangelización de los pobres y de los marginados, especialmente muchachos y jóvenes necesitados.
Los Rogacionistas son actualmente 383, presentes con 48 comunidades en Italia, España, Polonia, Albania, Brasil, Argentina, Paraguay, USA, Rwanda, Camerún, India, Filipinas, Corea del Sur, Vietnam, Papua Nueva Guinea. Las Hijas del Divino Celo son 585 en 72 comunidades en los siguientes países: Italia, España, Albania, Estados Unidos, Méjico, Bolivia, Brasil, Rwanda, Camerún, India, Corea del Sur, Filipinas, Indonesia, Australia.
La experiencia espiritual del p. Aníbal y su misión especial son compartidas también por numerosos laicos, hombres y mujeres, que se comprometen a vivir el espíritu del “Rogad” en la Iglesia, en forma privada o asociada. En la experiencia asociativa estan implicados sobre todo los jóvenes y las familias. Sacerdotes, religiosos, religiosas, consagrados laicas y laicos forman la Familia del “Rogad”, empeñados en vivir y difundir la oración por las vocaciones y el amor por el prójimo más necesitado. “La unión de oración por las vocaciones” querida por el mismo Padre Aníbal, es la “casa común” de la Familia del “Rogad”. De esa pueden hacer parte todos los bautizados que quieran comprometerse de forma estable para orar por las vocaciones. (SL) (Agencia Fides 11/5/2004; Líneas 53, palabras 720).


Compartir: