VATICANO - Que la experiencia del Apóstol Pablo “pueda ser modelo de toda auténtica conversión cristiana" subraya el Papa en el ángelus, quien recuerda la importancia del camino ecuménico y la Jornada para los enfermos de lepra; felicitación a las poblaciones asiáticas por el Año nuevo lunar

lunes, 26 enero 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La narración evangélica en la que resuenan las palabras de la primera predicación de Jesús en Galilea – “Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dio: convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15). - y la fiesta de la "Conversión de San Pablo”, que la Iglesia celebra el 25 de enero, constituyen "una coincidencia feliz - especialmente en este Año Paulino - gracias a la cual podemos comprender el verdadero significado de la conversión evangélica – metànoia – mirando la experiencia del Apóstol", ha afirmado el Santo Padre Benedicto XVI antes de recitar la oración del ángelus con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, el domingo 25 de enero.
"La experiencia del Apóstol puede ser el modelo de toda auténtica conversión cristiana. La de Pablo maduró en el encuentro con el Cristo resucitado; fue este encuentro el que le cambió radicalmente la existencia- ha explicado el Pontífice -. En el camino de Damasco sucedió para él lo que Jesús pude en el Evangelio de hoy: Saulo se convirtió porque, gracias a la luz divina, “creyó en el Evangelio”. En esto consiste su conversión y la nuestra: en creer en Jesús muerto y resucitado y en abrirse a la iluminación de su gracia divina.… Convertirse significa, también para cada uno de nosotros, creer que Jesús “se ha entregado a sí mismo por mí”, muriendo en la cruz y, resucitado, vive conmigo y en mí. Confiándome al poder de su perdón, dejándome tomar la mano por Él, puedo salir de las arenas movedizas del orgullo y del pecado, de la mentira y de la tristeza, del egoísmo y te toda falsa seguridad, para conocer y vivir la riqueza de su amor”.
A continuación el Santo Padre ha puesto en evidencia que "la invitación a la conversión, valorada por el testimonio de san Pablo, resuena hoy, en la conclusión de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, particularmente también en el plano ecuménico. El Apóstol nos indica la actitud espiritual adecuada para poder progresar en el camino de la comunión". Y ha observado que "nosotros los cristianos no hemos conseguido llegar aún a la meta de la unidad plena, pero si nos dejamos continuamente convertir por el Señor Jesús, llegaremos seguramente”.
Después de la oración mariana, Benedicto XVI ha recordado la Jornada Mundial de los Enfermos de Lepra, que comenzó hace 55 años por Raoul Follereau, alegrándose porque las Naciones Unidas hayan "solicitado a los Estados la tutela de los enfermos de lepra y de sus familiares", y ha asegurado su oración y renovado "el estímulo a cuantos luchan con ellos para la curación plena y una buena inserción social". Después, a los pueblos de varios Países de Asia Oriental que celebran el año nuevo lunar, el Papa ha dicho: “Les auguro que vivan esta fiesta en alegría. La alegría es la expresión del estar en armonía con uno mismo: y esto sólo puede derivar de estar en armonía con Dios y con su creación. Que la alegría viva siempre en el corazón de todos los ciudadanos de estas naciones, tan queridas por mí, y se irradie en el mundo”.
Por último, Benedicto XVI ha manifestado un saludo particular a los niños y jóvenes de la Acción Católica de Roma, que han dado vida a la tradicional "Caravana de la Paz” por las calles de Roma, que ha concluido en San Pedro, al final de un mes dedicado a las iniciativas por la paz: "Queridos chicos, os agradezco por vuestra fidelidad al compromiso por la paz, un compromiso hecho no sólo de palabras, sino de elecciones y de gestos" el ha dicho Papa. A continuación uno de los dos chicos que estaban junto al Pontífice, asomados a la ventana de su estudio, ha leído un breve mensaje sobre el tema de la paz. Al término de los saludos en las diversas lenguas, el Papa ha liberado dos palomas. (S.L) (Agencia Fides 26/1/2009; Líneas: 46 Palabras: 704)


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