ASIA/FILIPINAS - “El país tiene necesidad de una nueva era de paz y estabilidad”: Análisis de un misionero sobre el escenario político y social filipino, en vísperas de las elecciones del 10 de mayo

jueves, 6 mayo 2004

Roma (Agencia Fides) - Relanzar la economía, trabajar por la unidad política y social del país, llevar a termino el proceso de paz con los grupos rebeldes. Éstos son los principales desafíos que tendrá que enfrentar el nuevo presidente de la República de las Filipinas, que será elegido el 10 de mayo con voto directo del pueblo. En un coloquio con la Agencia Fides, el Padre Eliseo Mercado, misionero filipino, responsable de la Oficina Internacional de “Justicia y Paz” de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI), traza un cuadro del escenario global y habla de las perspectivas del país, en vísperas de las elecciones. El Padre Mercado ha sido por muchos años docente de la Universidad Notre Dame de Cotabato, en Mindanao, y es un profundo conocedor del conflicto que desde hace treinta años azota el Sur de las Filipinas.
“El primer desafio que se presentará claramente al nuevo presidente - dice a Fides el Padre Mercado - es el del desarrollo económico. El país actualmente recibe una fuerte bocanada de oxígeno de los 8 millones de filipinos residentes en el exterior, que envían remesas por 6 billones de dólares al año. Pero no puede continuar dependiendo de esto: es necesario despertar el tejido económico del país, la productividad y los intercambios, de modo que pueda ser autosuficiente”.
“La segunda necesidad - continua el misionero - es la de reconciliar el país: reconstruir la unidad en un panorama político y social fragmentado y belicoso. Es necesario restablecer el sentido de unidad nacional, al menos sobre las grandes cuestiones que son de interés de la colectividad. La tercera urgencia es llevar a termino el proceso de paz con los movimientos en conflicto con el gobierno: los rebeldes de matriz comunista y los movimientos islámicos en el Sur del país. Desde el alto al fuego, firmado en julio 2003, el problema político ha entrado en los negociados: cada movimiento se ve condicionado por el temor a perder el asenso popular. Sin embargo con el nuevo Presidente, que estará al frente del país por seis años, el proceso de paz tendrá mayores posibilidades de llegar a buen término”.
En relación al panorama de los candidatos en competición (cinco en total), el Padre Mercado hace notar que: “La presidente saliente Gloria Arroyo, según los últimos sondeos ha ganado nuevamente el asenso de los electores, que hasta hace una semana atrás parecía que favorecían al principal candidato de la oposición, el actor Fernando Poe. La presidente ha conseguido el apoyo de dos grupos religiosos muy importantes, que le han permitido dar un salto hacia adelante. La Iglesia ni Kristo, secta con más de un millón de afiliados, y el movimiento carismático católico El Shaddai, que reúne más de 2 millones de personas. Por otra parte el frente de la oposición se encuentra dividido y esto juega a favor de la Arroyo. Entre los otros candidatos, los dos más acreditados son el actor Fernando Poe y el senador Pánfilo Lacson. Sobre todo Poe parece en grado de enfrentarse a la Arroyo, gracias la gran popularidad de que goza. Fernando Poe ha organizado toda su campaña electoral sobre la atención hacia los pobres, a los humildes, a las masas de excluidos y desheredados, prometiendo políticas asistenciales. La Arroyo, por el contrario ha insistido sobre el crecimiento económico gracias al afianzamiento del economía de mercado”.
Una mirada particular merece la situación en el Sur del país, donde vive la minoría islámica. El Padre Mercado explica a Fides: “En la isla de Mindanao la situación es compleja. La minoría musulmana (alrededor de 5 millones de personas) a nivel popular seguirá a Poe, y también algunos líderes musulmanes se han pronunciado oficialmente en su favor. Pero los principales movimientos de guerrillas islámicas han declarado su neutralidad, mientras que muchos políticos continúan estando muy unidos al ex-Presidente Estrada o han dado su apoyo a la Arroyo, como el alcalde de Davao o el gobernador de Cotabato”.
Uno de los aspectos más importantes de esta convocatoria electoral, recuerda el misionero, será el voto de los filipinos en el extranjero: “Por primera vez éste año se dará la posibilidad a los trabajadores inmigrantes de registrarse en las Embajadas y votar. De 8 millones de personas, serán alrededor de 500.000 (24.000 en Italia) los ciudadanos que votarán, un porcentaje bajo, sobre todo por una falta de educación al voto”.
“La Iglesia - concluye el Padre Mercado - no ha asumido una actitud parcial, antes bien ha ofrecido a los electores criterios generales, pidiendo que se de el voto a candidatos honestos, que combatan la corrupción y trabajen por el bien común, al servicio del país. Muchos fieles católicos, de todas formas, apoyan a Gloria Arroyo, que ha escuchado siempre la voz de los obispos y es considerada una “hija de la Iglesia”. Espero y oro porque las elecciones inauguren una nueva era de paz y de estabilidad en el país”. (PA) (Agencia Fides 6/5/2004 líneas 59, palabras 844).


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