VATICANO - El 6 de mayo comienza la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias: educar y formar a todos los católicos a conocer y amar la misión, para colaborar en la difusión del anuncio del evangelio hasta los últimos confines de la tierra

martes, 4 mayo 2004

Ciudad del Vaticano(Agencia Fides) - Con ocasión de la Asamblea General anual de las Obras Misionales Pontificas, que tendrá lugar en Ciampino (Roma) del 6 al 14 de mayo, la Agencia Fides ha dirigido algunas preguntas al P. Fernando Galbiati, PIME; Secretario general a.i., de las Obras Misionales pontificas

¿Por qué motivos se reúne la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias? ¿quién participa en ella?
La Asamblea General Anual tiene la misión de dar una visión de las actividades realizadas durante el año por los cuatro Secretariados Internacionales de las Obras Misionales Pontificas, por tanto, examinar las peticiones de ayudas llegadas de todo el mundo para las diversas necesidades de las jóvenes Iglesias. En base a estas peticiones, documentadas y aprobadas por los respectivos Obispos, se distribuyen los fondos recogidos durante el año tanto por las Direcciones Nacionales como por las Direcciones Diocesanas de las Obras Misionales Pontificias, que confluyen en el Fondo Central de Solidaridad. Esta distribución se realiza de las forma más equitativa posible, para ofrecer así a cada misión ayudas adecuadas a sus necesidades. Esta sesión va precedida normalmente de la Sesión Pastoral, durante la que se tratan algunos temas especificaos que se consideran de particular importancia para la evangelización, la cooperación misionera y la vida de la Iglesia.
En este encuentro anual participan todos los Directores Nacionales de las OMP que son 120 de todos los continentes, bajo la dirección del Cardenal Prefecto de Propaganda Fides, del Presidente de las Obras Misionales Pontificas y de los Secretarios Generales de las cuatro Obras.

¿Cuál es el programa especifico de la Asamblea?
La Asamblea, que se realiza en el Hotel Pala Cavicchi de Ciampino (Roma) tiene lugar del 6 al 14 de mayo. Los trabajos comenzaran con el Discurso de inauguración del Card. Crescencio Sepe, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que dirige y coordina la evangelización y cooperación misionera en todo el mundo. La sesión pastoral del 6 al 8 de mayo, considerará este año el proceso de renovación y actualización de los Estatutos de las OMP, el Manual de las OMP y del Movimiento Juvenil Misionero.
El lunes 10 de mayo, los Secretarios Generales de las cuatro Obras Misionales presentaran cada uno la propia relación pastoral y económica sobre las actividades realizadas durante el año. Después del debate y eventuales clarificaciones se pasará al examen de las peticiones de ayuda llegadas y la repartición de fondos. Durante la Asamblea está prevista la Audiencia con el Santo Padre, que como de costumbre, sabrá animar nuestro trabajo e indicarnos las líneas sobre como proceder. Durante las Jornadas se celebran Laúdes y la Misa al inicio del día y la celebración de Vísperas al cierre.

¿Qué son las Obras Misionales Pontificas? ¿Qué papel tienen en la Iglesia?
Las Obras Misionales Pontificias son un organismo importante de la Comunidad eclesial: tienen como misión evidenciar la naturaleza misionera de la Iglesia misma y el deber de todos los cristianos de participar en la Misión. La Jornada Misionera Mundial que es el momento culminante y más conocido a todos los niveles, se ha convertido en una tradición en la Iglesia porque está pesada precisamente como petición de la Obra Pontifica de la Propagación de la Fe. De hecho hablamos de Obras Misionales Pontificas porque son cuatro, que aunque fundadas en épocas diversas, constituyen una única institución y tienen una misión fundamental que las une: promover el espíritu misionero universal en todo el Pueblo de Dios que es la Iglesia.

¿Nos podría indicar brevemente las características de cada una de las Obras y su difusión?
La Obra Pontificas de la Propagación de la Fe surgió del carisma de una joven mujer de Lión, Pauline Marie Jaricot, que en 1816 a los 17 años, rechaza la vida agitada y con otras jóvenes obreras de las fabricas de su padre, funda una Asociación espiritual. Dos años después, el grupo asume también la dimensión de la oración y la animación misionera y “con el fin de cooperar a la expansión del Evangelio” une una oferta semanal. La Obra está hoy presente en 120 países en todos los continentes y su importancia en la Iglesia es tal que sin su oración por la Misión, sus sacrificios y contribuciones financieras de sus miembros o entregas a través de la misma, por los católicos de todo el mundo en el Fondo Universal de Solidaridad, la labor de evangelización y su desarrollo material, resultaría muy limitado.
La Obra Pontifica de la Santa Infancia nace de la sensibilidad de Su Exc. Mons. Charles August Marie de Forbin-Janson, Obispo de Nacy, quien al recordar las atrocidades que se cometían, especialmente en el mundo pagano de la época, contra los niños, dio a la devoción al Niño Jesús, un carácter misionero. El 19 de mayo de 1843 nació así oficialmente la Obra de la Santa Infancia que encontró el favor general de las personas e instituciones más implicadas en la educación de los niños y se desarrolló rápidamente en Europa y Norteamérica. En la actualidad está establecida en 110 países en todo el mundo. El objetivo principal de la Obra es ayudar a los educadores a despertar y desarrollar progresivamente en los niños una conciencia misionera, para dirigirlos hacia una comunión espiritual y un cambio material de bienes con los niños de otras Iglesias.
La Pobra Pontificia de San pedro Apóstol, fundada en Caen (Francia) en 1889 por la Sra. Jeane Bigard y su madre Stephanie, tiene por el contrario la misión fundamental de la fundación y ayuda espiritual y económica de Seminarios e Instituciones de formación religiosa en tierras de misión. La asistencia financiera se realiza a través de un Fondo de Solidaridad que permite la programación y la realización de las Obras de formación.
La Obra Pontifica de la Unión Misionera, que en su origen se llamaba Unión Misionera del Clero, tiene como fin especifico la evangelización del mundo a través del compromiso directo de aquellos, que como los Apóstoles, han recibido el mandato de Cristo. La Unión fue fundada por el Beato P. Paolo Manna, quien obligado abandonar su misión en Birmania por la malaria, se dedicó, sobre todo por medio de la prensa, a difundir la idea de que la misión era deber de todos los cristianos y de todos los Consagrados. El fin principal de la Unión es animar a todos los animadores del Pueblo de Dios a la misión, promoviendo la conciencia misionera entre los seminaristas, sacerdotes y religiosos, suscitando entre ellos vocaciones misioneras ad vitam. El Papa Pablo VI la definió justamente como “el alma de las Obras Misionales Pontificias”. (SL) (Agencia Fides 4/5/2004 Líneas: 86 Palabras: 1.142)


Compartir: