AFRICA/SUDAN - Continua la guerra en el sur de Sudan, aunque prosiguen los tratados de paz. Los combates provocan la fuga de al menos 50.000 personas

lunes, 19 abril 2004

Jartum (Agencia Fides) - “Existen enfrentamientos que afectan al ejercito gubernativo que se ha metido en una disputa entre las milicias del sur de Sudan” dicen a la Agencia Fides fuentes de la Iglesia sudanesa, que por motivos de seguridad desean permanecer en el anonimato. Las fuentes de Fides confirman lo que publica la prensa internacional sobre la vuelta de los combates en el sur de Sudan entre algunas facciones de la rebelión sudista. En el último mes, al menos 50.000 personas han tenido que huir de la región del Alto Nilo a causa de los combates. Poblados enteros han sido arrasados y la población ha sido violada, raptada y matada.
La etnia más afectada es la de los Shilluk. “Se trata de una población de cerca de 300.000 personas que vive en el Alto Nilo y está constituido en reino, una forma tradicional de poder que data de los tiempos precoloniales y que continua hasta nuestros días” dicen las fuentes de Fides. A los Shilluk pertenece Lam Akol, líder de un pequeños grupo de guerrilla que hace una decena de años se separó del principal movimiento de guerrilla del sur Sudan, el Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés (SPLA). En octubre del 2003, Lam Akol se reconcilió con John Garang jefe del SPLA, pero a una parte de los miembros del grupo de Akol no les gustó su decisión de unirse al SPLA. “Lam Akol es una figura compleja” dicen las fuentes de Fides. “Durante un cierto periodo fue incluso ministro de transportes del gobierno de Jartum pero después decidió volver con el SPLA”.
Los combates no han parado los tratados entre el gobierno sudanés y el SPLA. “Los coloquios continúan aunque el gobierno demora el nudo, todavía sin resolver, de las tres áreas de los montes Nuba, Abiey y el sur del Estado del Nilo Azul. Todavía no se sabe si pasaran bajo el control del SPLA o bajo control gubernativo” dicen las fuentes de Fides. “Un hecho a tener en cuenta es el interés de Estados Unidos en llegar lo antes posible a la paz en Sudan. Un compromiso por la paz que no es ciertamente desinteresado porque las compañías americanas desean explotar los recursos petrolíferos concentrados en el sur de Sudan.
La guerra en Sudan comenzó en 1983 cuando se introdujo la ley islámica, la sharia y las poblaciones del sur se rebelaron contra el gobierno. La guerra ha provocado al menos dos millones de muertos, miles de desplazados y enormes devastaciones.
En Darfur prosiguen los combates en el oeste del país, donde las antiguas tensiones entre las poblaciones nómadas árabes y los agricultores africanos por el control de los escasos recursos de agua y los pocos terrenos fértiles han estallado en un verdadero conflicto militar. Los combates han provocado al menos 3000 muertos y 670.000 desplazados internos y más de 100.000 refugiados en Chad.
De todas formas hay regiones sudanesa que, gracias al compromiso de la comunidad internacional, están intentando salir de la guerra. Es el caso de los Montes Nuba donde una Comisión Militar Conjunta controla el respeto del alto al fuego. “Esta Comisión está financiada por algunos países europeos que pagan los sueldos de los observadores militares que controlan el respeto de la tregua” dicen las fuentes de Fides. “Se trata de sueldos altos, 7500 dólares americanos al mes”. (LM) (Agencia Fides 19/4/2004 Líneas: 41 Palabras: 581)


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