VATICANO - El Papa en el Regina Caeli: “Jesús es nuestra paz, porque es la manifestación perfecta de la Divina Misericordia” - Llamamiento a favor de las poblaciones de Tierra Santa e Irak: “Me siento particularmente cercano con el pensamiento y la oración a las familias de cuantos temen por la suerte de sus seres queridos, especialmente por cuantos han sido tomados como rehenes”

lunes, 19 abril 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La paz, don de Cristo resucitado, el domingo de la Divina Misericordia, la grave situación en Tierra Santa e Irak, con un llamamiento por la liberación de los rehenes, fueron los temas principales del discurso del Santo Padre, Juan Pablo II, al rezar el Regina Caeli del domingo 18 de abril. “El día de la resurrección, al aparecerse a los discípulos, el Señor les saludó con estas palabras: «¡La paz esté con vosotros», y les mostró las manos y el costado con los signos de la pasión. Ocho días después, como leemos en la página del Evangelio de hoy, regresó para reunirse con ellos en el Cenáculo y les dijo de nuevo: «¡La paz esté con vosotros!». La paz es el don por excelencia de Cristo crucificado y resucitado- dijo el Santo Padre antes del rezo de la oración mariana - fruto de la victoria de su amor sobre el pecado y la muerte. Al ofrecerse a sí mismo, víctima inmaculada de expiación sobre el altar de la Cruz, difundió sobre la humanidad la ola benéfica de la Divina Misericordia. Jesús, por tanto, es nuestra paz, pues es la manifestación perfecta de la Divina Misericordia”.
Recordando que el Domingo después de Pascua, se celebra el Domingo de la Divina Misericordia, el Papa dijo: “El Señor nos envía también a nosotros a llevar a todos su paz, fundada en el perdón y la remisión de los pecados. Se trata de un don extraordinario, que quiso ligar al Sacramento de la penitencia y de la reconciliación. ¡Cuánta necesidad tiene la humanidad de experimentar la eficacia de la misericordia de Dios en estos tiempos marcados por la incertidumbre creciente y por conflictos violentos!”
Al término de la oración mariana del Regina Caeli, Juan Pablo II invitó a rezar por la dramática situación en Tierra Santa y en Irak, lanzando un llamamiento por la liberación de los rehenes. Estas son las palabras del Papa: “Sigo con gran tristeza las trágicas noticias que llegan de Tierra Santa y de Irak. ¡Que cese el derramamiento de sangre del hermano! Semejantes actos inhumanos van contra la voluntad de Dios. Me siento particularmente cercano con el pensamiento y la oración a las familias de cuantos temen por la suerte de sus seres queridos, especialmente por cuantos han sido tomados como rehenes. Invito a los secuestradores a tener sentimientos humanos. Les suplico que devuelvan a las familias las personas que se encuentran en sus manos, mientras rezo a Dios misericordioso por las poblaciones de Tierra Santa y de Irak y por todos aquellos que trabajan en esas regiones por la reconciliación y la paz”. (SL) (Agencia Fides 19/4/2004 Líneas:34 Palabras: 502)


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