AFRICA/MOZAMBIQUE - Muere en accidente de carretera el misionero javeriano P. Giuseppe Mauri: escuela, enfermos de SIDA y animación misionera entre los principales trabajos que llenaban sus jornadas

viernes, 16 abril 2004

Maputo (Agencia Fides) - El P. Giuseppe Mauri, misionero javeriano, murió ayer por la mañana, 15 de abril, en Mozambique, a causa de un accidente de coche. La noticia ha sido dada por el P. Joao Bortoloci, responsable de los Javerianos en Mozambique. Hacia las ocho de la mañana, el P. Giuseppe iba en el conche hacia la capital, Maputo, cuando se chocó con un autobús y murió en el acto. El misionero trabajaba en Mozambique, en la misión de Chibututuine, confiada a la Fraternidad misionera de Piombino, fudnada por el P. Javeriano Carlo Uccelli.
El P. Mauri, natural de Ronco Briantino (MI) tenia 51 años. Entró en el seminario del Instituto Javeriano en 1963 y fue ordenado sacerdote en 1980. De 1982 a 1989 fue misionero en la RD Congo. Posteriormente trabajó en la comunidad Javeriana de Gran Bretaña, donde fue además superior. Desde hacia varios años, estaba en Mozambique donde trabajaba en la escuela y en actividades de animación misionera.
En una de las últimas cartas enviadas, el P. Mauri describía así su labor: “Hace tanto que no escribo que ya casi ni me acuerdo como se hace. No escribo no porque no tenga ganas, y mucho menos porque no tenga nada que contar. La causa es la falta de tiempo. La escuela me tiene muy ocupado. Debo preparar y dar las clases, corregir los deberes, participar en los consejos de clase... En estos últimos meses además he tenido que dedicarme a algunos enfermos de SIDA que están en fase terminal, en las últimas semanas de vida. Les acompaño al hospital para hacer la visita y los exámenes y luego voy a verlos a sus casas. Es doloroso ir al hospital y encontrar filas larguísimas y esperas interminables. Con frecuencia me pregunto si merece la pena ir. Pero después pienso enseguida en ellos porque en la visita del médico encentran ánimo para continuar viviendo. Por lo menos así no se sienten abandonados.... Además de ayudar a los enfermos de SIDA, me dedico a la animación misionera. Hemos organizado un curso de formación para catequistas o mejor, para personas que desean serlo. Ha durado una semana y han participado cerca de 30 personas: 4 adultos y 26 jóvenes entre 16 y 22 años. Estaba también Lucia, una chica excepcional de tan solo 12 años, pero inteligente y animosa. Quieres ser catequistas. Pensad que ya desde hace dos años Lucia va todas las tardes del miércoles a otra comunidad a 30 minutos a pies de su casa, para enseñar cantos y leer el Evangelio a quien no sabe leer... Es conmovedor y emocionante encontrar estos jóvenes que se agarran así al Señor con todas sus fuerzas. Son adolescentes normales, con todos los problemas típicos de su edad y además son pobres y están solos. No tiene a nadie que les ayude. Pero consiguen encontrar la fuerza para trabajar por el Señor con entusiasmo, como solo ellos saben hacerlo. Ciertamente el Señor esta en ellos y les ayuda”. (SL) (Agencia Fides 16/4/2004 Líneas: 35 palabras: 523)


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