Todavía hay heridas abiertas en Rwanda a 10 años del genocidio, pero sigue adelante la reconciliación.

martes, 6 abril 2004

Kigali (Agencia Fides)- A 10 años del genocidio rwandés muchas heridas continúan abiertas, pero el país continua por el camino de la reconciliación. Uno de los principales problemas es juzgar a los responsables de los crímenes. En todo el país se han activado los tribunales tradicionales Gacaca en los que los presuntos culpables son juzgados colectivamente.
“Miles de personas están todavía detenidas en espera de ser juzgadas, pero otras muchas han tenido ya su sentencia” dice a la Agencia Fides Don Domenique Karekezi, director del periódico católico Kinyamateka. “Muchos han sido liberados porque han sido juzgados inocentes, o bien por falta de pruebas, otros porque han admitido sus culpas y han pedido perdón a la comunidad. Otros por el contrario, han sido juzgados culpables y están cumpliendo su pena”.
El gobierno rwandés ha decidido formar 11.000 tribunales tradicionales para hacer frente al gran número de detenidos en espera de juicio. Se calcula que los detenidos en espera de juicio son unos 115.000 acusados de haber participado en las masacres de 1994. En octubre del 2001 fueron elegidos por aclamación popular los juzgados de los 11.000 tribunales, compuestos por 19 miembros. Las condiciones requeridas para ser elegidos eran el conocimiento escrito y hablado del Kinyarwanda, la lengua tradicional, y una conducta integra, pero no se pedía conocimiento del derecho. Estaba previsto un curso intensivo de derecho antes del inicio de los procesos. El hecho de que los procesos sean públicos y participe toda la población, garantiza que no haya falsas acusaciones.
También la Iglesia está activamente comprometida en el proceso de reconciliación. “El 29-31 de marzo se tuvo en Ruanda un encuentro internacional para reflexionar sobre la situación de la región a 10 años del genocidio de Ruanda” dice Don Domenique. “En el encuentro participaron todos los Obispos de Rauda sacerdotes, religiosos y religiosas y numerosos laicos. Estaban presentes también delegaciones de los países vecinos, en particular, Burundi y Tanzania”.
“Este encuentro es solo la ultima iniciativa de la Iglesia católica en favor de la reconciliación y la pacificación del país” recuerda Don Domenique. “Inmediatamente después del genocidio, los Obispos ruandeses promovieron sínodos de reconciliación en todas las diócesis y en todas las parroquias de Ruanda y esto durante varios años”.
“En la base de la reflexión comunitaria está el mensaje evangélico de paz y perdón. El Gran Jubileo del 2000 fue vivido por la Iglesia en Ruanda en calve de reconciliación y de búsqueda de la paz” recuerda Don Domenique.
Entre las actividades promovidas por la Iglesia católica están los encuentros con las mujeres que han perdido al marido en los masacres y aquellas cuyos maridos están en la cárcel con la acusación de ser uno de los que realizaron la masacre.
El genocidio de Ruanda estalló al día siguiente de que cayera el avión del presidente, Juvenal Habyarimana, el 6 de abril de 1994, que estaba en el poder desde 1973. En el avión viajaba también Cyprien Ntaryamira, presidente de Burundi. Después del atentado se desencadenó una masacre de tutsi contra hutu que se oponían al régimen existente y luchaban por el cambio. Se calcula que las victimas fueron más de un millón. (L.M.) (Agencia Fides 6/4/2004; Líneas: 40 Palabras: 540)


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