RWANDA: el genocidio de un pueblo es siempre el genocidio de la humanidad

martes, 6 abril 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El 6 de abril de 1994, comienza el genocidio en Ruanda, que se inserta en una larga espiral, en muchos aspectos todavía desconocida en su totalidad, de luchas feroces que han enfrentado al hombre contra el hombre, un pueblo contra otro, provocando no solo millones de víctimas de una u otra etnia, sino también mutilaciones irrecuperables del patrimonio de la humanidad . Cada vez que se extermina a un pueblo, que se suprime una etnia recurriendo a la violencia, el hombre no solo perpetua el odio de Caín, sino que se priva a la humanidad de una parte esencial de su ADN. El mundo no será ya el que era antes, porque cada individuo, y por tanto, con mayor razón cada pueblo, ha sido creado con caracteres únicos e inimitables y así como en la secuencia del ADN cada elemento es indispensable al otro y a todo el organismo, así cada pueblo es indispensable a la vida del otro y a asegurar a la humanidad la riqueza de la multiformidad. No debemos pues pararnos en la tragedia de Ruanda sino que debemos ampliar la mirada a los numerosos genocidios que se han producido porque su memoria sea ocasión, no de retóricas ni de polémicas, sino de un serio compromiso de construir una civilización nueva, donde el respeto del oto sea una norma de vida.


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