Luanda (Agencia Fides) - Niños de la calle, niños sometidos a la explotación y violencia en la familia. Estos son los niños acogidos en el centro “Arnold Janssen” de Luanda capital de Angola. El Centro nació en 1993, por iniciativa del padre Verbita Horacio Caballero y de las religiosas Danuta Bunlo (SSpS) y Erlinda Moron (SSpS) junto a un grupo de jóvenes voluntarios de la parroquia de Cristo Rey de Luanda.
Al inicio, el Centro contaba solo con algunas tiendas provisionales, después en 1994, la Archidiócesis de Luanda ofreció un terreno en el que estaba construida la actual sede.
Al volver a estallar al guerra civil después de las elecciones de 1992, las calles de Luanda se llenaron de miles de niños que huían de la zona de conflicto. Los pequeños vivían en la calle, en coches viejos, dentro de casas abandonadas, en la playa. Muchos de ellos estaban heridos o enfermos. La mayor parte de los niños eran víctimas de la pobreza extrema, otros de violencias familiares o incluso de torturas acusados de bujería. Para huir de esta situación, los niños se refugiaron en Luanda donde muchos de ellos cayeron en la droga, el robo, prostitución.
El Centro Arnold Janssen tiene la misión de hacer que estos niños sean y se sientan amados, que sen respetados en sus derechos para ser reconocidos como ciudadanos, personas humanas e hijos de Dios. Para tal fin el Centro busca que los niños sean aceptados en familias y por la sociedad, desarrollando sus capacidades y haciéndoles sentir parte activa en la reconstrucción del país. Actualmente los asistidos en el centro son 338 desde los 5 hasta los 17 años.
Los trabajadores del Centro se acercan a los niños directamente en la calle, donde se produce el primer contacto con los asistentes sociales y la dirección del Centro. Posteriormente los pequeños que deciden insertarse en el programa de ayuda son acogidos en las estructuras del Centro. Aquí son educados para que tomen conciencia de si mismos y del calor de la propia persona, en los principios de ciudadanía con los derechos y deberes que esta comporta. Los niños siguen programas escolares y de formación profesional, religiosa y moral y reciben asistencia médica. El Centro se encarga después de su integración en la familia. Con este fin los trabajadores del Centro coordinan sus actividades con las familias, las comunidades locales, la escuela donde el niño va a estudiar, con el fin de preparar la vuelta del niño a su ambiente. Se intenta ofrecer ayuda económica a las familias que acogen a los niños. En el caso de un niño de 16-17años, se le ayuda a encontrar un trabajo; en el caso de niños más pequeños, se busca el modo de ofrecer una renta al familia con la concesión de microcréditos. (LM) (Agencia Fides 2/4/2004 Líneas: 33 Palabras: 495)