EUROPA/ITALIA - La aventura misionera del Padre Angelo Bubani, de la Amazonia al archivo del PIME: el recuerdo del P. Gheddo

miércoles, 24 marzo 2004

Roma (Agencia Fides) - El 21 de marzo murió en Roma el P. Angelo Bubuni, Misionero del Pontificio Instituto de Misioneros Extranjero. Fue uno de los primeros misioneros del PIME que fundó la diócesis de Macapá en Amazonia: en 1948 Mons. Pirovano lo mandó a Amapà, la misión más aislada y difícil en la selva amazónica, abandonada durante muchos tiempo. En un conmovido recuerdo del P. Bubani, su hermano el P. Piero Gheddo recuerda: “Durante 16 años el P. Angelo tuvo un periodo durísimo de trabajo y de sacrificios, en un puesto donde no había asistencia sanitaria ni mercado. “Nuestra vida - decía en una entrevista años después - era un continuo viajar, en barca de remos o de vela, a caballo, a pie, para visitar las comunidades dispersas. Uno de nosotros dos estaba de viaje durante un mes, después volvía a casa a reposar y partía el otro. Se comía casi solo harina de mandioca y pescado. Nuestra parroquia era muy vasta: llegamos a tener cerca de 40 escuelas para enseñar el catecismo en un territorio de 40.000 km2 (el doble de la Lombarda)... En Amapà vivíamos en una pobreza que no creo haya igual. No había que comer, nosotros estábamos en un cuchitril sobre la vieja iglesia entre ratas y cucarachas. Tuvimos que reparar el techo de la Iglesia porque llovía dentro pero ¿como comprar el material necesario? En una ocasión que vino Mons. Pirovano a visitarnos, nos dio su anillo pastoral para vender y poder reparar el techo de la Iglesia, ¡No tenía otra cosa para darnos!” (Piero Gheddo, “Misión Amazonia, los 50 años del PIME en el norte de Brasil (1948-1998)”, Emi,1998, Págs.51,59).
Permaneció en esa situación desde octubre de 1948 hasta mayo de 1964, fundando una parroquia casi de cero, con escuelas, dispensario, tres iglesias y cerca de veinte capillas; y depues diversas obras sociales y de asistencia para los más pobres. Precisamente en aquellos años con frecuencia afectado de malaria, tomaba grandes dosis de quinina, que le afectó al odio. En 1964 Mons. Pirovano lo llama a Macapá para hacerlo su Vicario general y ecónomo de la diócesis, desde mayo de 1964 hasta abril de 1965; después, durante un año actúa de “vicario capitular” es decir, sustituto del Obispo porque Mons. Pirovano había sido elegido superior general del PIME en Roma y el nuevo Obispo Mons. Guiseppe Maritano, no había llegado todavía. Cuando era superior eclesiástico de la diócesis, los misioneros lo recuerdan como dedicado y cordial, pero también severo. Era su carácter: fuerte, preciso, puntual, exigente que nosotros pudimos admirar en Roma en los últimos años.
En mayor de 1966 el nuevo Obispo Mons. Maritano lo manda de párroco a Mazagào todavía en la selva amazónica lejos de la ciudad de Macapá: otro periodo importante en la vida misionera del P. Bubani, porque demuestra su humildad y flexibilidad.
De 1976 a 1978 el P. Bubani pasa dos años en Italia como Rector del seminario filosófico del PIME en Florencia, después vuelve a Amazonia como Canciller de la Curia de Macapá por otros ocho años, hasta febrero de 1986. En estos años dio prueba de su capacidad de organizar y mantener un Archivo y de llevar adelante un trabajo de oficina de modo metódico y constante. En febrero de 1986 la sordera creciente es ya casi absoluta lo que obligó al Instituto a llamarlo a Italia para confiarle un cargo al que muchos temían que Bubani, tan activo y dinámico, no se adaptaría: desde septiembre de 1986 es Archivista general del PIME. Y aquí hay que decir que los superiores del PIME acertaron.
En los últimos 18 años de su vida se revela como un hombre preciso, equilibrado, constante, metódico en el trabajo. Parecía, incluso a quien lo veía de cerca, adaptado a encerrarse en un Archivo misionero para construirlo no desde cero pero casi. Sin embargo el recordaba tanto sus indios, los largos viajes por la selva y los ríos, las Misas al alba y las reuniones comunitarias a la tarde a la luz de la velas. Pero tenía un sentido del deber que maravillaba a todos, aun a la edad de 82 años: trabajó hasta el final de 8-10horas al día realizando una empresa que, pensándolo hoy, parece imposible. Cuadruplicó el número de los documentos del Archivo (cerca de 1900 cajas, con mil o más folios cada una, de documentos; cartas, diarios, libros revistas, fotografías, recuerdos, reliquias de los misioneros mártires y santos), examinó, timbró, realizo el inventario y catalogó haciendo fichas todo el material de modo que es disponible para una búsqueda histórica de cada misioneros, las diversas misiones y el Instituto; por ultimo el P. Bubani promovió un acuerdo con la Oficina histórica y la Postulación del Instituto, el uso del Archivo para poder publicar artículos y volúmenes históricos. (SL) (Agencia Fides 24/3/2004 Líneas: 55 palabras: 816)


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