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Abidján (Agencia Fides) - Costa de Marfil está viviendo un momento delicado en espera de la manifestación de los partidos de oposición que tendrá lugar el próximo 25 de marzo. “Se advierte cierta tensión, aunque menor con respecto a ayer cuando se difundió entre la gente el miedo de estar al borde del abismo” dice a la Agencia Fides un misionero de Bouaké, cabeza del norte, que desde septiembre del 2002 está en manos de las llamadas “Fuerzas Nuevas”, sigla que reúne a los movimientos rebeldes que controlan el norte y oeste del país.
“Parecía que se habían comprometido todos los espacios de mediación. Por fortuna, por la tarde llegó la noticia del encuentro entre el Presidente Laurent Gbagbo y el jefe del Partido Democrático de Costa de Marfil, el ex presidente Henri Konan Bédié. Los ánimos se calmaron” dice el misionero. El Partido democrático de Costa de Marfil (PDCI) es el ex partido unido del “Padre de la Patria” Felix Houphouët-Boigny que a medidos de marzo se retiró del gobierno de unidad nacional para protestar por la no aplicación de algunos puntos de los acuerdos de paz de Marcoussis (Francia) que pusieron fina a la guerra civil. El PDCI, las Fuerzas Nuevas y otros partidos de oposición han convocado una manifestación para el 25 de marzo para ejercer presión sobre el Presidente. “Ha sido revocado el estado de emergencia, por tanto, se podrá tener la manifestación. Esperemos que esta decisión contribuya a calmar la situación” dice el misioerno. El ejercito sin embargo se ha puesto en estado de máxima alerta para prevenir incidentes durante la manifestación.
“Los nudos no resueltos son la reforma de la ley sobre la adquisición de la ciudadanía y la ley sobre el derecho fondario” afirma el misionero. “En efecto, no se ha avanzado. El ejército gubernativo pide en los puestos de control, exhibir el documento nacional, en el que está escrito la etnia de la persona. En base a los acuerdos de Marcuossis este documento debería ser sustituido por otro en el que no se registrara la etnia a la que pertenece el sujeto”.
Otra dificultad hacia el camino de la pacificación del país es la falta de desarme de las milicias.” Tan solo algunos milicianos han cedido las armas y han vuelto a los cuarteles, dado que muchos de ellos son militares que se sublevaron. La mayor parte, sin embargo, no ha cedido de momento las armas” dice la fuente de Fides. “Aquí al norte, la situación es complicada por el hecho de que trabajan 3 formaciones militares diversas: los milicianos de las Fuerzas Nuevas, los soldados franceses desplegados en el ámbito de la operación “Licorne” y los militares africanos de la CEDEAO (Comunidad Económica de los Estados de África Occidental). Tanto unos como otros realizan operaciones de registro y establecen puestos de control que hacen difícil la vida de los habitatnes”.
“Gracias a Dios nosotros misioneros, no nos vemos impedidos en nuestros transportes y no encontramos especiales dificultades en los puestos de control. Podemos pues acercarnos a los poblados para asegurar nuestro servicio pastoral y humanitario” dice el misionero.
(LM) (Agencia Fides 23/3/2004 Líneas: 38 Palabras: 541)
