VATICANO - "Las palabras y las acciones de Jesús para Pablo no pertenecen al tiempo histórico, al pasado. Jesús vive ahora y habla ahora con nosotros y vive para nosotros”: catequesis del Papa en la audiencia general

jueves, 9 octubre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Después de haber hablado en las últimas audiencias generales del encuentro de San Pablo con el Cristo resucitado y de su relación con los doce Apóstoles y con la Iglesia de Jerusalén, el Santo Padre Benedicto XVI, se ha detenido a examinar en la catequesis durante la audiencia general del 8 de octubre, "lo qué sabía san Pablo del Jesús terreno, de su vida, de sus enseñanzas, de su pasión". San Pablo mismo, en sus escritos, distingue dos modos de conocer a Jesús y más en general, de conocer a una persona, ha explicado el Santo Padre: conocer "según la carne", quiere decir "conocer sólo exteriormente, con criterios externos: se puede haber visto a una persona muchas veces, … sin embargo, aun conociendo a alguien de esta forma, no se le conoce realmente, no se conoce el núcleo de la persona. Solo con el corazón se conoce verdaderamente a una persona. De hecho los fariseos, los saduceos, conocieron a Jesús externamente, escucharon su enseñanza, muchos detalles de él, pero no le conocieron en su verdad … En cambio los Doce, gracias a la amistad que llama a su causa al corazón, al menos habían entendido sustancialmente y empezaban a saber quién era Jesús. También hoy existe esta forma distinta de conocer: hay personas doctas que conocen a Jesús en muchos de sus detalles y personas sencillas que no conocen estos detalles, pero que lo conocen en su verdad”.
Volviendo a la cuestión principal, el Santo Padre ha continuado: “Parece seguro que nunca lo encontró durante su vida terrena. A través de los Apóstoles y la Iglesia naciente, conoció seguramente los detalles de la vida terrena de Jesús. En sus Cartas encontramos tres formas de referencia al Jesús pre-pascual. de Jesús. En sus Cartas podemos encontrar tres formas de referencia al Jesús pre-pascual".
En primer lugar hay algunas referencias explícitas y directas que demuestran como Pablo conoce el desarrollo de la última Cena y las palabras pronunciadas por Jesús en diversas circunstancias, por ejemplo sobre la indisolubilidad del matrimonio. En segundo lugar, Pablo "conoce la pasión de Jesús, su cruz, el modo en que vivió los últimos momentos de su vida. La cruz de Jesús y la tradición sobre este hecho de la cruz está en el centro del kerygma paulino. Otro pilar de la vida de Jesús conocido por san Pablo era el Discurso de la Montaña, del que cita algunos elementos casi literalmente”. El tercer modo de presencia de las palabras de Jesús en las Cartas de Pablo, ha continuado el Pontífice, " es cuando realiza una forma de transposición de la tradición pre pascual a la situación después de la Pascua. Un caso típico es el tema del Reino de Dios. Éste está seguramente en el centro de la predicación del Jesús histórico. En Pablo se revela una transposición de este tema, pues tras la resurrección es evidente que Jesús en persona, el Resucitado, es el Reino de Dios. El reino por tanto llega allí a donde llega Jesús. Y así necesariamente el tema del Reino de Dios, en que se había anticipado el misterio de Jesús, se transforma en cristología. Y sin embargo las mismas disposiciones exigidas por Jesús para entrar en el Reino de Dios valen para Pablo a propósito de la justificación por la fe: tanto la entrada en el Reino como la justificación requieren una actitud de gran humildad y disponibilidad, libre de presunciones, para acoger la gracia de Dios”.
Hablando luego del "título" atribuido por Pablo a Jesús, el Santo Padre ha puesto en evidencia que antes de la Pascua Jesús “mismo se califica como Hijo del hombre; tras la Pascua se hace evidente que el Hijo del hombre es también el Hijo de Dios. Por tanto, el título preferido por Pablo para calificar a Jesús es Kyrios, “Señor” que indica la divinidad de Jesús. El Señor Jesús, con este título, aparece en la plena luz de la resurrección”. Una última anotación del Santo Padre se refería a la dimensión salvífica de la muerte de Jesús, como la encontramos en el dicho evangélico: "el Hijo del hombre en efecto no ha venido para ser servido, pero para servir y dar la misma vida en rescate por muchos" (Mc 10,45; Mt 20,28). "El reflejo fiel de esta palabra de Jesús - ha afirmado el Pontífice - aparece en la doctrina paulina sobre la muerte de Jesús como rescate (cfr 1 Cor 6,20), como redención, como liberación y como reconciliación. Aquí está el centro de la teología paulina, que se basa en esta palabra de Jesús". En la conclusión de su catequesis, Benedicto XVI ha afirmado: "San Pablo no pensaba en Jesús como algo histórico, como una persona del pasado. … Las palabras y las acciones de Jesús para Pablo no pertenecen al tiempo histórico, al pasado. Jesús vive ahora y habla ahora con nosotros y vive para nosotros. Esta es la verdadera forma de conocer a Jesús y de acoger la tradición sobre él”.
Al término de los saludos en las diversas lenguas, el Papa Benedicto XVI ha recordado que "el mes de octubre, dedicado al Santo Rosario, constituye una ocasión preciosa para valorizar esta tradicional oración mariana", y ha exhortado a todos "a recitar el Rosario todos los días, abandonándose confiados en las manos de Maria". (S.L) (Agencia Fides 9/10/2008)


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