Brazzaville (Agencia Fides) - Una gran movilización popular ha acogido a Mons. Louis Portella-Mbuyu, Obispo de Kindala, a lo largo de su visita pastoral de 12 días, del 6 al 17 de febrero, en el sector de Mondouli a más de 75 km al sudeste de la región de Pool, en el Congo Brazzaville. Esta zona ha estado durante mucho tiempo aislada del resto del país a causa de la rebelión de Frèdèric Bintsamou, llamado “Ntumi”, jefe del movimiento de guerrilla que desde 1998 actúa en la región del Pool.
Según refieren a la Agencia Fides fuentes de la Iglesia local, Mons. Louis Portella-Mbuyu se reunió con los cristianos de las diversas confesiones religiosas en los poblados destrozados y afectados por la guerra. El Obispos se acercó a 13 comunidades: Kimbedi, Kimfoutou, Loulombo, Mpassa-Mines, Kinkoumba, Kinkembo, Kingoyi, Mindouli, Missafou, Kissanga, Louengo, Kiloubi, Toungadiakou, Loutêté, Nkamou y Massembo-Loubaki. La acogida reservada al Obispo por parte de los habitantes de estos pueblos destrozados ha sido por encima de todas las expectativas. Desde Kimbedi a Massembo-Loubaki, pasando por Mindouli la alegría era enorme. En Kimfoutou se saludo a la delegación episcopal con dos golpes de fusil de caza, como en los viejos tiempos, cuando en la zona resonaban ciertos golpes de kalashnikov y las explosiones de ráfagas lanzadas desde los helicópteros.
Los cristianos de todas las confesiones, el personal de administración local, los militares y ex combatientes no ahorraron esfuerzos para ofrecer a Mons. Portella una visita agradable. A todos el Obispo llevo el mismo mensaje: el amor de Dios y el compromiso en la reconstrucción de los poblados destrozados. Mons. Portella recordó que el plan de Dios para el mundo es un plan de amor. Y la causa de la destrucción en la historia del hombre es la falta de amor, porque solo el amor es creador. El Obispos exhortó a todos a superar el pasado y a mirar al futuro: solo el perdón abre el camino de la resurrección.
A los largo de su visita el Obispo confirmó a 71 personas en Mindoul a 39 en Kimbedi y bautizó a 70 personas.
La zona visitada por Mons. Portella ha sufrido destrucciones enormes entre 1998 y el 2003. Todos los poblados visitados por el Obispos sufrieron devastaciones: iglesias, canonjías, casas de religiosos, salas parroquiales, escuelas, dispensarios y casas privadas fueron quemadas y completamente destrozadas. Un solo ejemplo puede hacer comprender el nivel de destrucción alcanzado. En Loulombo, donde se encuentra la tumba de Don Jan Czuba, sacerdote fidei donum polaco, asesinado en octubre de 1998, no existe ni siquiera un lugar donde refugiarse en caso de lluvia, tan solo uno pequeñísimo en la sacristía. La mayor parte de los habitantes del lugar están todavía escondidos en la selva.
Desde el punto de vista de la seguridad en algunas localidades de la zona hay soldados gubernativos junto a los excombatientes de Ntumi, se han constituido comités mixtos para la paz que se reúnen regularmente para garantizar el orden. Muchos de los ex-combatientes han establecido en los pueblos de origen y aseguran un mínimo de condiciones de seguridad. En Kinkoumba han sido los guerrilleros los que han acogido al Obispos para garantizar su protección durante su permanencia en el poblado. Los ex guerrilleros pidieron al Obispos el describir a los organismo internacionales presentes en otras zonas de la región, el clima de inseguridad de sus poblados, de modo que se convezcan para enviar personal y ayudas humanitarias.
Al final de su visita, antes tantas demostraciones de fe, Mons. Portella dio gracias a Dios por la fe y la esperanza de los cristianos que no ha disminuido a pesar de las luchas y las destrucciones. (MST) (LM) (Agencia Fides 1/3/2004 Líneas: 48 Palabras: 641)