Marzo 2004: “A fin que en Africa, valorizando la diversidad de carismas, crezca la colaboración entre los institutos misioneros y las iglesias locales” Comentario a la intención misionera indicada por el Santo Padre a cargo del Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Card. Francis Arinez

sábado, 21 febrero 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Muy adecuadamente ha elegido el Santo Padre como intención misionera para el mes de marzo 2004 el intensificar la colaboración entre los institutos misioneros y las Iglesias locales en África considerando la diversidad de carismas de estos institutos.

1. Diversidad de carismas
Agradecemos a Dios por la rica variedad de carismas entre los institutos misioneros que trabajan en las diócesis en Africa. El hecho mismo de la vida consagrada manifiesta ya una gran don del Espíritu Santo a la Iglesia. Vivir los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia es un luminoso testimonio de que “el reino de Dios y sus exigencias son superiores a todas las cosas terrestres” (Lumen Gentium 44)
Los institutos misioneros tienen carismas como catequesis, enseñanza en las escuelas (para la infancia, elemental, media, superior, profesional u otras), asistencia médica, servicio a los pobres, a los huérfanos, a los ancianos, a los refugiados o a los socialmente marginados, apostolados particulares para los jóvenes, las familias, las elites intelectuales o los encarcelados, el apostolado de los libros, la prensa, radio, televisión y sus derivaciones.
Son dignas de especial mención la vida contemplativa y la primera evangelización entre los pueblos que todavía no conocen a Jesucristo.
Cualquiera que sea la modalidad debemos agradecer a Dios por la gran variedad de carismas existentes entre los institutos misioneros que trabajan en Africa.

2. Importancia de la Colaboración
Se da casi por descontado que los mejores resultados se han alcanzado cuando estos institutos intensifican su colaboración con la Iglesia local. San Pablo habla con frecuencia de sus compañeros de trabajo, de sus colaboradores en la obra de evangelización: Timoteo, Tito, Lucas, Apolo, Priscila, Aquila, Estefanía, Fortunato, Acaico, Epafrodito, Tíquico y Onésimo (cfr. 1Cor 16,12-17;Fil 4,18; Col 4,7-9)
Cada Iglesia particular o diócesis en Africa atraviesa problemas y desafíos que no pueden ser afrontados de forma adecuada si las diversas formas apostólicas presentes en una diócesis no se armonizan y se unen a nivel operativo y de proyectos. Algunos ejemplos son la necesidad de desarrollar un buen acercamiento a la pastoral juvenil, al servicio de los pobres y los enfermos, a la educación en sus muchas formas y a los desafíos que plantea inestabilidad política o la falta de armonía entre los diferentes grupos étnico. Evitar la duplicación de esfuerzos y el consiguiente desarrollo de programas paralelos entre las diversas instituciones eclesiales y diocesanas permite intensificar la colaboración entre los institutos misioneros y la diócesis.

3.Papel crucial del Obispo
El papel del Obispo diocesano en la promoción dela colaboración entre las diócesis y los institutos misioneros es de capital importancia. Como señala el Concilio Vaticano II “Es deber del Obispo, como rector y centro de unidad en el apostolado diocesano, promover, dirigir y coordinar la actividad misionera, pero de modo que se respete y favorezca la actividad espontánea de quienes toman parte en la obra. Todos los misioneros, incluso los religiosos exentos, están sometidos al Obispo en las diversas obras que se refieren al ejercicio del sagrado apostolado” (Ad gentes 30)
En el respeto del carisma de cada instituto misionero, tanto si ha sido fundado en el país en cuestión como si proviene de otro lugar, el Obispo encontrará los medios para cada uno esté en condiciones de actuar lo mejor posible. El Obispo después de todo es el padre espiritual de todo el pueblo de Dios en la diócesis.
La experiencia de la Iglesia ha llevado a la publicación de líneas guías que faciliten en una diócesis y un instituto misionero la elaboración de un documento escrito de colaboración. Tales indicaciones pueden ayudar a canalizar las energías apostólicas y prevenir tensiones evitables. De este modo se puede crear un clima en el que se pude ofrecer un excelente testimonio de Jesucristo, Señor y Salvador, única esperanza de la humanidad.
Recemos en este mes de marzo, para que se pueda intensificar la colaboración entre los institutos misioneros y las diócesis en Africa.”
Francis Card. Arinze
(Agencia Fides 21/2/2004 Líneas: 59 Palabras: 709)


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