OCEANÍA/ISLAS SALOMÓN - La aportación de la Iglesia en la lucha contra el Sida, al servicio de los jóvenes

viernes, 11 julio 2008

Honiara (Agencia Fides) – Es una batalla que concierne sobre todo a los jóvenes, el futuro de la nación: la lucha contra el Sida es uno de los temas en la agenda del gobierno en las Salomón. Las instituciones políticas, sociales y religiosas esperan tener bajo control el fenómeno del Sida para impedir que se convierta en una emergencia nacional y que la enfermedad pueda contaminar y destruir una población (450mil personas) compuesta en un 50% por jóvenes menores de 18 años.
Según las cifras oficiales, en el archipiélago la tasa de incidencia del HIV subió de un 0,09 por cada 10.000 personas (en el 2005) a 0,2 por cada 10.000 (en el 2007): el dato, si bien está por debajo del de tantos otros países del mundo, invita a reflexionar y confirma que no se pude bajar la guardia en la prevención de la enfermedad.
En esta batalla la Iglesia católica ofrece a la nación un aporte específico, calificado y apreciado, trabajando junto a instituciones y organizaciones de la sociedad civil, especialmente en el campo de la instrucción y de la formación.
Se inicia con la sensibilización cultural, con cursos y seminarios de “educación para la vida”, dirigidos a jóvenes y adolescentes. Los seminarios, en los que participan estudiantes de colegios, jóvenes de asociaciones, movimientos, parroquias, insisten en el conocimiento y la necesidad de la prevención del HIV, mediante el confronto con personas especializadas que explican como un sano estilo de vida puede evitar el contagio del virus.
La Iglesia destaca que todas las comunidades locales de Oceanía deben tomar en serio la campaña por la defensa de la vida y la prevención del flagelo del Sida, sobre todo actuando en referencia a los jóvenes. El crecimiento moral y espiritual de los jóvenes es importante: en el momento en que cada uno desarrolla la conciencia de ser “una criatura única y preciosa, imagen de Dios”, es más difícil caer en práctica como droga y alcoholismo, caer en el Sida, porque el sentido de la dignidad y la lógica del don prevalecen sobre el egoísmo y el consumismo.
Además la Iglesia trabaja por la acogida y la recuperación de los seropositivos y enfermos de Sida, enseñándoles a convivir con la enfermedad e invitando a todos a no marginarlos como “leprosos”.
En toda Oceanía, la Iglesia se ocupa de la lucha contra el Sida con la gran campaña de prevención “Born to live” (“Nacido para vivir”) que busca difundir mayor conocimiento sobre la enfermedad sobre todo en las regiones rurales o montañosas. Las intervenciones contra la enfermedad apuntan a disminuir el impacto sobre la colectividad y siguen dos caminos: la sensibilización y la asistencia social a cuantos corren el riesgo ante el Sida. (PA) (Agencia Fides 11/7/2008; 32 líneas, 466 palabras)


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