AMERICA/COSTA RICA - Sobre la unión de personas del mismo sexo los Obispos afirman que “el Estado no puede legalizar estas uniones sin faltar al deber de promover y tutelar una institución esencial para el bien común como es el matrimonio”

viernes, 11 julio 2008

San José (Agencia Fides) – Ante el proyecto de Ley para aprobar el “matrimonio” entre personas homosexuales los Obispos de Costa Rica han emitido un comunicado con el fin de dar a todas las personas de buena voluntad criterios claros sobre el tema.
En primer lugar recuerdan que la Iglesia católica “considera que toda persona humana, creada a imagen de Dios, es digna del mayor respeto y rechaza, consecuentemente, toda discriminación contraria a su dignidad”. Pero distingue entre “el respeto a la persona y el rechazo al acto sexual homosexual, como acto objetivamente contrario al plan de Dios”. Recuerdan también que “los legisladores civiles no pueden ni deben legislar contra la recta razón, pues de hacerlo la norma que emiten perdería la fuerza de obligar en conciencia”. Y en este sentido “las legislaciones favorables a la uniones homosexuales son contrarias a la recta razón porque confieren garantías jurídicas propias de la institución matrimonial a la unión entre personas del mismo sexo. Considerando los valores en juego, el Estado no puede legalizar estas uniones sin faltar al deber de promover y tutelar una institución esencial para el bien común como es el matrimonio”.
Ante los falsos argumentos que algunos presentan de “filantropía” ó “del principio de la autonomía de lo privado”, ó bien de “regular lo que de facto se da en la realidad social los Obispos afirman que “es necesario reflexionar ante todo sobre la diferencia entre el comportamiento homosexual como fenómeno privado y el mismo como comportamiento público, el cual no sólo es más grave sino también de alcance más vasto y profundo, pues podría comportar modificaciones contrarias al bien común de toda la organización social”.
Además “la unión de personas del mismo sexo carece absolutamente de las características, valores y riquezas que justifican la unión natural del varón y la mujer”. La razón principal de proteger legalmente el matrimonio “se encuentra en la misión de esta institución de ser la base de la familia, y de allí que sea una institución que goza del interés público”. Para este otro tipo de uniones la sociedad tiene otras soluciones ya existentes en el Código Civil.
Los Obispos recuerdan a continuación a los diputados que “son depositarios de la soberanía popular y representantes del Pueblo de Costa Rica, y en tal sentido, su voto en todo proyecto de Ley, debe buscar el bien común y estar acorde con el sentir general los ciudadanos y así actuar en conciencia”. Y también les alertan que “desde el punto de vista jurídico-constitucional el proyecto propuesto atenta contra los principios constitucionales de nuestra Carta Magna y reconocidos en nuestra jurisprudencia”.
“Como consecuencia, a la luz de la Doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia y, con base en el orden jurídico costarricense interpretado auténticamente por la Sala Constitucional, es inaceptable e incongruente dar la razón a un proyecto que pretende trasladar todo el régimen jurídico del matrimonio a las uniones entre homosexuales”, concluyen los Obispos exhortando por ello a los diputados católicos, “que se expresen y voten en contra de tal iniciativa de Ley”, y a los que no confiesan nuestra fe, a “que examinen los argumentos que hemos expuesto, y de conformidad con las reglas de la recta razón y de la naturaleza del ser humano y de la vida en sociedad, no presten su voto a un proyecto que, a todas luces, va en contra del bien común de los habitantes de la República”. (RG) (Agencia Fides 11/7/2008)


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