AFRICA/SUDÁN - Oficialmente ha terminado la guerra en Darfur, pero hay quien sostiene opiniones contrarias y pide que prevalezca la línea del diálogo. “El gobierno debe comportarse como un padre que cuando tiene un problema con un hijo se sienta con él y lo discute para resolverlo juntos”, declaraciones del obispo sudanés Mons. Macrám Mas Gassis

jueves, 12 febrero 2004


Jartum (Agencia Fides) - Opiniones contrarias sobre el fin de la guerra en Darfur en el oeste de Sudán. Mientras que el gobierno anuncia la suspensión de la mayor parte de las operaciones en la región, otras voces afirman lo contrario. “No, la guerra no ha terminado en absoluto. Los bombardeos de la aviación de Jartum continúan sin descanso y las milicias gobernativas no han dejado en ningún momento de realizar ataques en la zona”, así declara a la Agencia Fides S.E. Mons. Macram Max Gassis, obispo de El Obeid. El pasado martes 10 de febrero, un portavoz del gobierno afirmó que el ejército había concluido las operaciones militares de gran alcance en Darfur, y que la región estaba bajo el control gubernamental. “Desgraciadamente, no es así”, afirma Mons. Gassis. “Los combates continúan y cada vez más gente se ve obligada a huir de su propia tierra”. La guerra en Darfur explotó en febrero del 2003, y se ha ido intensificando en las últimas semanas. Los combates han provocado al menos 3.000 muertos. El conflicto ve alinearse de una parte al ejercito regular y las milicias filo-gubernativas, y de la otra a dos movimientos de oposición, el Ejército de Liberación de Sudán (SLA) y el Movimiento por la Justicia y la Igualdad (JEM). Estos dos grupos afirman combatir para revindicar una mayor atención gubernativa en lo referente a la religión, que sostienen haber sido “marginada” por el gobierno central.
Mons. Gassis lanza un llamamiento para que prevalezca la línea del diálogo: “Pido al gobierno que inicie inmediatamente el diálogo para poner fin a la guerra en Darfur. El gobierno no puede asesinar a inocentes, mujeres, niños, ancianos, para combatir la guerrilla. Con las armas no se resuelve nada, se siembra solamente el odio que alimenta nuevas violencias. El gobierno debería saber bien esto ya que, después de años de guerra, ha decidido sentarse a la mesa de las negociaciones para poner fin a la guerra en el sur de Sudán y en los montes Nuba. No entiendo por qué, vistos los precedentes, se ha elegido para Darfur la vía de la violencia, cuando ésta ha demostrado ya, en otras zonas de Sudán ser una vía sin salida. El gobierno debe comportarse como un padre que cuando tiene un problema con un hijo se sienta con él y lo discute para resolverlo juntos”.
El conflicto en Darfur ha agravado la situación alimenticia en Sudán. Según un informe conjunto de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y del Programa Alimenticio Mundial (PAM), cerca de 3.600.000 personas tendrán que recurrir este año a la ayuda alimenticia proporcionada por las organizaciones humanitarias internacionales. Según el informe, “el reciente conflicto de Darfur ha causado importantes daños en las zonas cultivadas, provocando al menos 1.200.000 prófugos”. Así a pesar de las buenas cosechas previstas para este año, 6,3 millones de toneladas de cereales (equivalente al 60% del año pasado) serán todavía millones las personas en riesgo de padecer hambre. (L.M.) (Agencia Fides 12/2/2.004; Líneas:45; Palabras: 551)


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