VATICANO - EL PAPA EN LA AUDIENCIA GENERAL: EN LOS VERSÍCULOS DEL SALMO 14 “SE SIENTE VIBRAR EL ESPÍRITU DE LOS PROFETAS QUE REPETIDAMENTE INVITAN A CONJUGAR FE Y VIDA, ORACIÓN Y COMPROMISO EXISTENCIAL, ADORACIÓN Y JUSTICIA SOCIAL”

miércoles, 4 febrero 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Durante la Audiencia General de hoy, 4 de febrero, el Santo Padre Juan Pablo II, continuando el ciclo de catequesis sobre la Liturgia de las Vísperas, ha comentado el salmo 14 “¿Quién es digno de estar en la presencia del Señor?” (Vísperas del lunes de la Semana)
“Sobre las fachadas de los templos egipcios y babilónicos a veces se grababan las condiciones requeridas para el ingreso en el aula sagrada- ha dicho Juan Pablo II en su discurso-. Pero es de señalar una diferencia significativa con las condiciones sugeridas por nuestro Salmo. En muchas culturas religiosas se pide, para ser admitido ante la Divinidad, sobre todo la pureza ritual exterior que comporta abluciones, gestos y vestimentas particulares. El Salmo 14, en cambio, se exige la purificación de la conciencia, para que sus elecciones sean inspiradas por el amor hacia la justicia y el prójimo. Por eso, en estos versículos se siente vibrar el espíritu de los profetas que repetidamente invitan a conjugar fe y vida, oración y compromiso existencial, adoración y justicia social”.
Por eso, el Santo Padre ha llamado la atención sobre los once compromisos enumerados por el Salmista, “que podrán constituir la base de un examen de conciencia personal cada vez que nos preparamos para confesar nuestras culpas para ser admitidos a la comunión con el Señor en la celebración litúrgica”. Los tres primeros compromisos son de orden general: seguir el camino de la integridad moral, de la práctica de la justicia y de la sinceridad perfecta en el hablar. Otros tres deberes atañen a las relaciones con el prójimo: eliminar la calumnia del lenguaje, evitar toda acción que pueda hacer daño al hermano, frenar los insultos contra el que vive a nuestro lado cada día. Se pide después la elección clara de una posición en el ámbito social: despreciar al malvado, honrar a quien teme al Señor. Finalmente se apuntan los tres últimos preceptos sobre los cuales examinar la conciencia: ser fieles a la palabra dada, no practicar la usura, evitar toda corrupción en la vida pública. El Papa ha subrayado que muchos de estos preceptos son válidos aún en nuestros días. “Seguir esta vía de decisiones morales auténticas significa estar preparados para el encuentro con el Señor”, ha concluido el Santo Padre, recordando que quien actúa en el modo indicado por el Salmista “permanecerá firme por siempre”. (S.L.) (Agencia Fides 4/2/2004. Líneas: 34; Palabras: 433)


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