ÁFRICA/LIBERIA - LOS NUDOS SIN RESOLVER DE LA CRISIS LIBERIANA. EL PADRE MAURO ARMANINO, PROFUNDO CONOCEDOR DEL PAÍS, HABLA A FIDES

lunes, 2 febrero 2004

Roma (Agencia Fides) - “Son muchos los factores que intervienen e interactúan cuando se trata de crisis civiles y genocidios. Así ocurre también en el caso de Liberia”, dice a la Agencia Fides el P. Mauro Armanino, Superior provincial de la SMA (Sociedad de las Misiones Africanas) en Liberia, país que intenta trabajosamente salir de una dramática guerra civil, cuya última fase comenzó en el 1999, pero que en realidad data, al menos, del 1980. En efecto, en abril de 1980 un golpe de estado militar dirigido por el sargento Samuel K. Doe, puso fin al secular dominio de los denominados “afroamericanos”, descendientes de los ex-esclavos estadounidenses que fundaron Liberia en el siglo XIX.
“El largo dominio de los denominados “afroamericanos” es una de las pre-condiciones que han favorecido la violencia futura”, dice el P. Armanino. “La historia de Liberia es un historia de opresión por parte de una minoría venida de fuera sobre los ‘indígenas’, considerados no-personas”.
Más tarde, a la antigua división entre “afroamericanos” e “indígenas” se añadió hasta sustituirla, rivalidades étnicas entre los grupos originarios de Liberia. Estas divisiones fueron explotadas por quien aspiraba a conquistar el poder. En efecto, dice el P. Armanino: “Las diferencias étnicas fueron manipuladas por razones de poder y, naturalmente, las masacres consiguientes han hecho el resto, creando una espiral de violencia”. A finales de los años 80 el estado pierde cada vez más legitimidad y se convierte en un instrumento de atropello por parte de elementos criminales para explotar los recursos del país. “La criminalidad del estado ha llenado el vacío dejado por la gestión masónica de varios presidentes que se han sucedido hasta los años 80”, dice el P. Armanino. “En los años 90 el colapso del estado se ha traducido en una criminal y capilar red de la que el pueblo ha sido sistemáticamente excluido o manipulado”.
“El todo se inserta después en un contexto regional de complicidad mafiosa y en juegos internacionales para la acaparamiento de los recursos (diamantes, hierro, madera... ), añade el misionero. “La comunidad internacional ha intervenido en la reciente historia liberiana sin una clara perspectiva de tipo regional, también a causa de los intereses de algunos países (Costa de Marfil, Burkina Faso, Libia, Francia, Estados Unidos...) implicados de una u otra manera en la crisis” afirma el P. Armanino, que añade: “Sin embargo, también por una serie de circunstancias internacionales distintas, ha crecido con el tiempo la conciencia de los vínculos criminales y la denuncia de los mismos. Organizaciones como Global Witness, International Crisi Group, Human Right Watch, han contribuido significativamente a sacar a la luz los aspectos criminales ligados a la guerra civil liberiana”. Sin embargo, según el misionero, esto no ha sido suficiente para detener la violencia: “Crear comités que redactan informes sobre tráfico de armas o de diamantes, de por sí, resuelve poco. Falta la capacidad o la voluntad de intervenir de modo significativo en la transformación de las estructuras sociales, único modo que permitiría a Liberia salir definitivamente de la espiral de violencia”.
Sobre el papel de la Iglesia en Liberia el P. Armanino afirma: “En el país hay muchas Iglesias protestantes, especialmente Pentecostal, que si ofrecen un importante servicio de ‘consolación’, descuidan completamente el aspecto ‘transformador’ del Evangelio. En cuanto a la Iglesia católica es la que ha tomado una posición más crítica frente al régimen de Taylor (acusado de crímenes contra la humanidad por un Tribunal de las Naciones Unidas), pero no ha tenido mucho tiempo para trabajar y dos de sus tres diócesis han sufrido de modo particular la última crisis”.
“Para mí ha sido un privilegio poder compartir el caminar de este pueblo. El sufrimiento y el miedo de los liberianos, especialmente durante la guerra, han sido también los míos. Mi servicio se ha traducido en estar con ellos, con sencillez, creyendo que sólo desde la debilidad de una derrota y partiendo desde los “derrotados” nacerá lo nuevo para el pueblo liberiano”, concluye el misionero.
Fides ha publicado una ficha sobre la guerra civil en Costa de Marfil, que se puede consultar en nuestro sito (L.M.) (Agencia Fides 2/2/2004. Líneas: 53; Palabras: 702)


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