EUROPA/ITALIA - ÉTICA Y SALUD: DOS CUESTIONES, DOS MISIONES, DOS COMPONENTES DEL HOMBRE

viernes, 30 enero 2004

Roma (Agencia Fides) – En la revista “Aris-Sanità” de la Asociación Religiosa de las Instituciones socio-sanitarias que reúne a todas las Obras de la Iglesia que trabajan en Italia en el mundo de la salud, se ha publicado un estudio sobre “Ética y Salud” a cargo del profesor Ignacio Carrasco De Paula, Profesor Extraordinario de Bioética del Instituto de Bioética, de la Facultad de Medicina y Cirugía “Agostino Gemelli”.
El derecho a la salud ocupa un puesto de relieve entre las conquistas del mundo moderno. El progreso de las ciencias y de las tecnologías biomédicas ha permitido al hombre el ampliar considerablemente su poder sobre la vida y la salud. Pero hay que pensar que no solo podemos, sino debemos ejercer el derecho irrenunciable para que los nuevos poderes vengan ejercidos en beneficio del hombre, de cada hombre, en el respeto de su dignidad e integridad como persona.
Del largo debate que ve implicados estos dos argumentos ha salido una reflexión del Prof. De Paula que nos los presenta sobre todo como dos componentes del mismo hombre: la primera, la Ética que hace referencia a su comportamiento libre, sus elecciones y los objetivos que se prefija; la segunda la Salud que considera el bien precioso e inalienable que le permite vivir su vida en plenitud.
En el ámbito especifico de las relaciones entre la Etica y la Salud existe un primer y un segundo objetivo indispensable que es el de establecer una nueva y más preciosa definición de salud, la cual debe centrarse en el sujeto – el hombre sufriente – que necesita ser ayudado a recuperar la condiciones que le permita expresarse de la mejor forma como hombre. Además es necesario redefinir el derecho a la salud como un derecho fundamental de la persona y no sufrir discriminaciones en el acceso a los servicios indispensables para la defensa de la salud.
La persona sana, concluye el Prof. De Paula, no puede ser considerada solo como la que goza de un completo bienestar físico, mental y social, en primer lugar porque la salud sería entonces un privilegio de unos pocos y en segundo lugar porque la persona aspira siempre a algo más. No hay un nivel de bienestar que le proporcione una satisfacción completa. El hombre sano es la persona capaz de ejercer la potencialidad vital que posee por el hecho de ser un organismo viviente de naturaleza personal. El hombre enfermo es por el contrario la persona incapaz de expresarse por una causa patológica de naturaleza física o psíquica que no consigue superar por ella misma. (AP) (Agencia Fides 30/1/2004 Líneas: 32 Palabras: 436)


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