EUROPA/ESPAÑA - LA DRAMÁTICA SITUACIÓN DE LOS NIÑOS DE LA CALLE “CONSTITUYE UNA DE LAS MAYORES TRAGEDIAS Y VERGÜENZAS DE LA SOCIEDAD MODERNA”: DENUNCIA DE LOS MISIONEROS COMBONIANOS Y JESUITAS

miércoles, 21 enero 2004

Madrid (Agencia Fides) - “Son cerca de 90 millones de niños de la calle en todo el mundo, distribuidos del siguiente modo: 40 millones en América Latina, 10 millones en África, donde le fenómeno es relativamente nuevo y la mayoría del resto en Asia, donde tan solo en India son mas de 18 millones”, señala la editorial de la revista mensual “Mundo Negro” de los Misioneros Combonianos españoles en el número de diciembre 2003. Sin embargo, según los Combonianos, “el aspecto más preocupante del fenómeno de los niños de la calle es que en África como en Asia y en América Latina la mayoría de los Gobiernos y la sociedad en general, tienden a ignorarlo. O todavía peor, persiguen a estos menores como delincuentes porque ‘ensucian la imagen de su ciudad’.
Los Combonianos denuncian con fuerza la grave y dramática realidad de estos niños “abandonados a su destino” en diversos piases del mundo y afirman que constituyen “una de las mayores tragedias – por no decir vergüenza- de la sociedad moderna. “En África su aparición coincide con la implantación, a lo largo de las dos últimas décadas, de políticas económicas de libre mercado por parte de los gobiernos del continente, que han generado una situación de miseria para grandes sectores de sus poblaciones”. La pobreza ha forzado el éxodo de los habitantes de las zonas rurales a las ciudades, donde, por lo general, no encuentran las oportunidades que esperaban y pasan a engrosar las grandes bolsas de marginación que circundan las grandes urbes. “La mayoría de esos niños proceden de los barrios marginales, de familias rotas por la penuria, que son incapaces de atender a sus hijos e incluso los maltratan, forzándolos a buscarse la vida por sí mismos”. Así se ven tanto en los países en vías de desarrollo como en las grandes ciudades del mundo occidental, a niños de la calle en los mercados, en las plazas, en las calles principales, donde sobreviven “pidiendo limosna, lustrando zapatos, limpiando los parabrisas de los automóviles...”. Por las noches se refugian en grupos bajo los puentes, en edificios abandonados, en callejones, en los portales de los comercios o bajo montones de cartones en la misma acera.
“Mundo Negro” reclama la atención también sobre el hecho de que “Los conflictos bélicos y la actual pandemia del SIDA están contribuyendo a agravar el problema, porque dejan huérfanos a centenares de miles de niños, muchos de los cuales acabarán solos y abandonados en las calles de los centros urbanos”. La editorial exhorta “levantar la voz exigiendo que la comunidad internacional haga realidad lo que firmó en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño”.
También la revista misionera italiana de los Jesuitas “Popoli” ha dedicado recientemente un dossier sobre el tema de los chicos de la calle en Centroamérica titulado “Crecer en la calle” en el que se examinan en particular el fenómeno de los bandas juveniles: “Desde hace decenios la sombra de una tipología particular de grupos juveniles se prolonga sobre los barrios marginales de las grandes ciudades latinoamericanas. Los nombres usados por la prensa, la policía y la opinión pública son de lo más variados: banda, gallada, clika, parcas, etc… En Centroamérica se habla sobre todo de pandilla o de mara. Su imagen está fuertemente influenciada por los medios de comunicación, que en general describen a sus componentes como monstruos infernales, delincuentes con los que sólo se puede usar la fuerza. Se trata, según la opinión común, de sujetos que basan su propia vida en la violencia, el robo y las drogas. Pero esta visión en blanco y negro tiene poco que ver con la realidad. Para superar los prejuicios es necesario conocer las dinámicas internas de los grupos, los motivos por los cuales un joven entra en ellos”.
(RZ) (Agencia Fides 21/1/2004 Líneas: 47 Palabras: 658)


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