ASIA/MYANMAR - “Estamos cerca de la población afectada por el ciclón Nardis con actos concretos”, declara a Fides el Presidente de la Conferencia Episcopal de Myanmar

miércoles, 28 mayo 2008

Roma (Agencia Fides) – “Ha sido un verdadero desastre. En primer lugar por los costos humanos de la tragedia: hay un número altísimo de muertos. Y luego por la destrucción causada por el ciclón; además de las casas el ciclón ha golpeado fuertemente el sistema agrícola: perdidas de ganado, herramientas, campos inundados, sistemas de irrigación destruidos, declara a la agencia Fides Su Excelencia Mons. Paul Zinghtung Grawng, Arzobispo de Mandalay y Presidente de la Conferencia Episcopal de Myanmar, que se encuentra en Roma para la visita Ad Limina Apostolorum.
Según las Naciones Unidas son 134 mil las personas muertas o dispersas a causa del ciclón Nargis, que el 2 de mayo golpeó el delta del Irrawady (Myanmar meriodional). El número de personas que han perdido su casa llega a los 2 millones y medio. Se teme además que surjan epidemias.
“La Iglesia Católica rápidamente comenzó a dar su colaboración y ayuda”, afirma Mons. Zinghtung Grawng, que el 8 de mayo convocó en la sede del Arzobispado a un grupo de expertos para preparar un programa para afrontar la emergencia y envió un mensaje a todas las parroquias de la Arquidiócesis exhortando a los fieles a contribuir con sus donaciones a la compra de alimentos y artículos de primera necesidad.
“Estamos organizando los socorros en todo el País. Nuestra contribución se ha extendido a todas las diócesis de Myanmar y estamos ayudando a distribuir las ayudas que llegan de la comunidad internacional. Estamos brindando apoyo a los voluntarios que llegan de diferentes partes del mundo, dándoles indicaciones cuando llegan a las áreas afectadas”.
“Nuestros sacerdotes, religiosos y religiosas, además de laicos con especialización médica (médicos y enfermeros) –prosigue el Arzobispo de Mandalay– están cerca a la población no sólo para distribuir las ayudas sino también para ayudar a su recuperaicón tanto física como psicológica.
No obstante la gravísima tragedia que ha golpeado al país, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Myanmar no ha perdido la esperanza de poder continuar la obra de evangelización en el país, por ejemplo la que se realiza con las tribus que pueblan las montañas. No es una tarea fácil, pero desde hace algún tiempo las diferentes poblaciones del país han tenido mayores posibilidades para encontrarse y conocerse. Se hace más fácil, por ello, para quien no conoce a Cristo, encontrar personas que testimonien con su vida la fe cristiana” concluye Mons. Zinghtung Grawng. (L.M.) (Agencia Fides 28/5/2008; líneas 31, palabras 423)


Compartir: