VATICANO - “TENEMOS QUE ENCONTRAR EN NOSOTROS LA VALENTÍA DE LA PAZ. TENEMOS QUE IMPLORAR DE LO ALTO EL DON DE LA PAZ. Y ESTA PAZ SE EXTENDERÁ COMO EL ACEITE, SI RECORREMOS SIN DESCANSO EL CAMINO DE LA RECONCILIACIÓN”: LLAMAMIENTO DEL PAPA EN EL CONCIERTO DE LA RECONCILIACIÓN ENTRE JUDÍOS, CRISTIANOS Y MUSULMANES

lunes, 19 enero 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Juntos expresamos el deseo de que los hombres se purifiquen del odio y del mal que continuamente amenazan a la paz, y sepan tenderse recíprocamente manos desnudas de violencia y dispuestas a ofrecer ayuda y consuelo a quien se encuentra en la necesidad... ¡Sí! Tenemos que encontrar en nosotros la valentía de la paz. Tenemos que implorar de lo Alto el don de la paz. Y esta paz se extenderá como el aceite, si recorremos sin descanso el camino de la reconciliación. Entonces el desierto se convertirá en un jardín en el que reinará la justicia, y el efecto de la justicia será la paz”. Es el llamamiento lanzado por Juan Pablo II al término del Concierto de la Reconciliación entre judíos, cristianos y musulmanes que tuvo lugar en la tarde del sábado 17 de enero en el Aula Pablo VI. El Concierto fue promovido el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. Estaban presentes personalidades y representantes de diversas Organizaciones judías Internacionales y de las Iglesias y Comunidades eclesiales del Islam. El Concierto fue ejecutado por la Pittsburgh Symphony Orchestra y coros de Ankara, Cracovia, Londres y Pittsburg.
En su discurso el Santo Padre puso de relieve como los pasajes elegidos ha querido llamar la atención sobre dos puntos importantes que, en cierto sentido, unen a cuantos se identifican en el judaísmo, el Islam y el cristianismo, si bien sus respectivos textos sagrados los afrontan de diferentes maneras. “La historia de las relaciones entre judíos, cristianos y musulmanes está marcada por luces y sombras y, por desgracia, ha experimentado momentos dolorosos. Hoy se siente la apremiante necesidad de una reconciliación sincera entre los creyentes en el único Dios. Esta noche nos encontramos aquí reunidos para expresar de manera concreta este compromiso de reconciliación a través del mensaje universal de la música”.
El Santo Padre destacó algunos puntos fundamentales de las tres religiones: El judío honra al Omnipotente como protector de la persona humana y Dios de las promesas de vida. El cristiano sabe que el amor es el motivo por el que Dios entra en relación con el hombre y que el amor es la respuesta que se espera del hombre. Para el musulmán, Dios es bueno y sabe llenar al creyente de sus misericordias. “Apoyados en estas convicciones, judíos, cristianos y musulmanes no pueden aceptar que la tierra esté afligida por el odio, que la humanidad quede trastornada por guerras sin fin” y concluyó su discurso con la invitación “¡Omnia vincit amor!”.
(SL) (Agencia Fides 19/1/2004 Líneas: 35 Palabras: 493)


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