AFRICA/SUDÁFRICA - “La violencia ha sido organizada por fuerzas de desestabilización” dice el Jefe de los Servicios secretos sudafricanos; el comentario de un misionero

viernes, 23 mayo 2008

Johannesburgo (Agencia Fides) - La violencia anti-emigrante se extiende a otras zonas de Sudáfrica. Después de Johannesburgo se han verificado episodios en Ciudad del Cabo y en Durban. El Presidente Thabo Mbeki ordenó al ejército asistir a las fuerzas de policía para restaurar el orden y proteger a los extranjeros. Pero diversos millares de emigrantes han decidido refugiarse en sus países de origen, en concreto son más de 3mil los mozambiqueños que han cruzado la frontera para regresar a su patria, así como millares de ciudadanos de Malawi. Desde que estalló la violencia han sido asesinadas unas cuarenta personas y más de 16mil han escapado de las zonas afectadas por los desordenes, mientras que la policía a arrestado a casi 500 personas.
Mientras tanto Sudáfrica se interroga por las causas de la violencia. El Director de la National Intelligence Agency (NIA), el servicio de seguridad interno, ha señalado la presencia de algunas “fuerzas” que pretenden desestabilizar el país en vistas a las elecciones presidenciales del próximo año.
“La existencia de fuerzas que han organizado los asaltos contra los emigrantes es una hipótesis que tiene que ser tomada en cuenta pero que nos puede hacer olvidar el otro aspecto del problema, la guerra entre pobres por el control de los pocos recursos disponibles en los township, por los servicios esenciales (salud y educación), por el agua, el alimento y el trabajo” declaró a la Agencia Fides p. Efrem Tresoldi, misionero comboniano, de Pretoria. “Por otra parte los mismos servicios de seguridad han presentado hace tiempo informes alarmistas sobre las potenciales situaciones explosivas de los township, pero ninguno a tomado las medidas necesarias para eliminar a tiempo dichas tensiones. Es verdad que las autoridades tienen un trabajo enorme ya que el flujo del campo a la ciudad es continuo y es muy difícil garantizar los servicios indispensables a todas esas personas”.
Una de las causas profundas que han determinado la crisis es la cuestión del campo y la tendencia a urbanizar a la población sudafricana. “Los jóvenes que viven en el campo son atraídos cada vez más por la vida en la ciudad tanto por una cuestión cultural (el modelo que tienen delante es el urbano) como porque la mayor parte de la población rural de origen africano vive todavía en las llamadas “homelands”, las zonas creadas por el régimen del apartheid para confinar a la población negra. Se trata de territorios inadecuados para la agricultura descartados por los blancos. También en Sudáfrica, lo mismo que en Zimbabwe, existe el problema de la redistribución de la tierra, pero es necesario actuar con prudencia para evitar el desastre producido por Mugabe en su país” dice p. Efrem.
“Los sudafricanos pasan del campo a la ciudad, entran en competencia con los inmigrantes provenientes de Zimbabwe, Malawi, Nigeria, Somalia o de países asiáticos como Pakistán. Se crean formas de envidia, ya que los extranjeros, por motivos evidentes, son muchos más dinámicos y emprendedores: crean su propio comercio (negocios, pequeñas empresas) y están dispuestos a trabajar por salarios más bajos que los sudafricanos. Naturalmente hay empresas que se aprovechan de esta situación y prefieren por ello contratar a los extranjeros pagándoles una miseria”, explica el misionero.
La violencia, en efecto, ha obligado a las mineras auríferas en el territorio de Johannesburgo (que emplean a inmigrantes) a disminuir las actividades. (L.M.) (Agencia Fides 23/5/2008; líneas 41, palabras 559)


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