ASIA/INDIA - La misión entre tribus en India del Noreste: la Iglesia ofrece el precioso trabajo de la instrucción. El testimonio de dos Obispos a la Agencia Fides

martes, 29 abril 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides)- Son pequeñas comunidades que, con pocos recursos, en áreas remotas y difícilmente alcanzables, anuncian el Evangelio con simplicidad. Con un trabajo silencioso y lejano de clamores, sacerdotes, religiosos, misioneros y laicos trabajan por la evangelización de las tribus en el noreste de India, conjugando anuncio y desarrollo social, catequesis y apostolado. Ésta es la experiencia que narran a la Agencia Fides dos Obispos del estado de Assam, en India nororiental, 78mil km de montañas y colinas, donde viven más de 26 millones de personas, en su mayoría pertenecientes a tribus y etnias locales.
Se trata de las llamadas “tribus de frontera” (de las 212 registradas oficialmente por la Constitución índica), concentradas en los estados del noreste como Arunachal Pradesh, Assam, Manipur, Meghalaya, Mizoram, Nagaland y Tripura.
En un mosaico de etnias y pueblos autóctonos (los grupos indígenas que habitan la zona de India nororiental son más de 300), en una sociedad como la de Assam, históricamente multicultural, multireligiosa, multiétnica, multilingüistica, la Iglesia católica ofrece a las comunidades indígenas un precioso trabajo de alfabetización e instrucción, de servicios sociales y sanitarios que los ayuda a insertarse en la comunidad civil y social de la gran nación índica, donde estos pueblos, de otro modo, correrían el riesgo de sentirse “un cuerpo extraño”.
La Agencia Fides se reunió con S. Exc. Thomas Pulloppillil, Obispo de Bongaigaon, y S. Exc. Mons. John Moolachira, Obispo de Diphu, Pastores de dos comunidades limítrofes, unidas por los mismos problemas, por la misma base social del territorio y por los mismos desafíos pastorales.
“En Bongaigaon - cuenta el Obispo Pulloppillil - con sus 65mil católicos, nos ocupamos de llevar el Evangelio, así como bienestar y desarrollo, a una comunidad de indígenas Boros. Son la tribu más numerosa en Assame y en todo el noreste. Son de origen y de rasgos mongólicos-tibetanos, pero viven desde hace cientos de años ahí, así como en algunas áreas de Nepal y Bangladesh. Muchos de ellos fueron cristianizados gracias al anuncio de misioneros. Actualmente los atendemos con un trabajo de formación en la fe, instrucción y cuidados sanitarios, que es fundamental para la vida de sus comunidades. Un aspecto al que apuntamos mucho es el de la educación a la paz y a la reconciliación: el área del noreste está afectada por miles de micro conflictos entre comunidades de etnia diversa, que pueden continuar por años y afectan gravemente el desarrollo local. Continuamos evangelizando los pueblitos que se encuentran en el territorio diocesano, gracias a alrededor de 15 sacerdotes, a 150 religiosas y a numerosos catequistas laicos.”
Mons. John Moolachira es Obispo desde hace casi un año y en su diócesis son tres las etnias mayormente presentes: Karbi, Garo, Adivasi. Entre los desafíos principales “está el de los agentes pastorales que deben aprender su idioma para poder comunicarse con ellos y tocar sus corazones. Es esencial para una evangelización conducida con celo de pueblito en pueblito. Así como para un trabajo de instrucción, desarrollado mediante las escuelas que son abiertas junto a las parroquias, gracias al trabajo de personal religioso y laico. El otro campo en el que la comunidad católica trabaja es el de la asistencia sanitaria”. Todo esto está ilustrado en un plan quinquenal que el Obispo y su equipo comenzó a realizar hace poco tiempo.
Ambos Obispos explicaron a la Agencia Fides las líneas guía de la misión de la Iglesia entre las tribus: estos grupos, que viven en áreas remotas, continúan administrando sus vidas según las seculares tradiciones de sus tribus, con un estándar de mera supervivencia, con una agricultura y ganadería apenas suficientes para subsistir. Por lo que se encuentran fuera del sistema social y cultural de la sociedad índica, y sus hijos no tienen la posibilidad de frecuentar colegios públicos.
La educación de las tribus es por lo tanto un punto esencial y una modalidad con la que la Iglesia contribuye a la transformación y al mejoramiento de la sociedad índica. Para las comunidades tribales, marginadas por el sistema de instrucción de masa, es vital una formación que mire a temas y técnicas que puedan ayudarlas a mejorar su estándar de vida. Mediante un trabajo de promoción humana, la actividad social se convierte en el camino para realizar la misión de estar atentos a cada ser humano, propia del cristiano.
En tal situación, algunas organizaciones no gubernamentales y asociaciones cristianas ayudan a los pequeños campesinos, reuniéndolos en pequeñas cooperativas, enseñándoles nuevas técnicas de cultivación, buscando mejorar la productividad y ofrecer al mercado agrícola productos a precios que puedan competir.
En el Noreste de la India, la semilla de la fe fue implantada por los misioneros Salvatorianos hace más de cien años (aunque los primeros contactos con el cristianismo se remontan al siglo XVI): algunos misioneros valientes se aventuraron en una zona remota del estado de Asma para llevar el anuncio de la Buena Nueva, seguidos sucesivamente por los Salesianos.
Entre los frutos que se cuentan en la obra misionera de tantos religiosos y laicos entre los tribales, se encuentran las nuevas vocaciones. Las poblaciones tribales de la India abrazan con alegría el mensaje cristiano: incluso en los pueblos más remotos en la parte oriental de la India existen comunidades que viven la fe con gran devoción y genran vocaciones sacerdotales y religiosas. (PA) (Agencia Fides 29/4/2008 líneas 65 palabras 904)


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