VATICANO - Papa Benedicto XVI en Estados Unidos - "Es necesario más que nunca un testimonio fiel del Evangelio. Se pide a los cristianos que den razón de su esperanza con claridad”

lunes, 21 abril 2008

Nueva York (Agencia Fides) - La tarde de viernes 18 de abril, el Santo Padre Benedicto XVI se ha reunido con representantes de la Comunidad Judía en la Sinagoga de Park East, sucesivamente, en la iglesia de St. Joseph, ha tenido lugar el encuentro ecuménico. "He venido aquí con gran alegría, pocas horas antes del comienzo de la celebración de vuestra Pesah, para expresar mi respeto y estima a la comunidad judía de Nueva York” ha dicho el Papa en su breve discurso a la Comunidad Judía, subrayando la válida contribución dada a la vida de la ciudad, y animando todo "a seguir construyendo puentes de amistad con todos los diversos grupos étnicos y religiosos que viven entre ustedes”.
Durante el encuentro con los representantes del mundo ecuménico, Benedicto XVI ha usado palabras de "sincero aprecio por la obra inestimable de todos los que están implicados en el ecumenismo", animando a todos a perseverar en este camino, seguros de que "el Señor no nos dejará nunca en nuestra búsqueda de la unidad".
El Santo Padre ha puesto a continuación en evidencia los dos extremos del actual fenómeno de la globalización: por una parte la posibilidad de mejorar el sentido de la solidaridad global y compartir responsabilidades para el bien de la humanidad. Por otra parte la aparición de "algunos signos desagradables de fragmentación y de repliegue en el individualismo". “También es fuente de grave preocupación la difusión de la ideología secularista, que socava e incluso rechaza la verdad trascendente. La misma posibilidad de una revelación divina, y por tanto de la fe cristiana, se ha puesto a menudo en discusión por tendencias de pensamiento muy difundidas en los ambientes universitarios, en los medios de comunicación y en la opinión pública. Por estas razones, es necesario más que nunca un testimonio fiel del Evangelio. Se pide a los cristianos que den razón de su esperanza con claridad”.
Luego Benedicto XVI ha señalado “la fragmentación de las comunidades cristianas", que terminar por confundir a los no cristianos sobre el mismo mensaje del Evangelio: "A veces las creencias y comportamientos cristianos fundamentales - ha subrayado el Papa - son modificados dentro de las comunidades por las así llamadas “acciones proféticas”, basadas en una hermenéutica no siempre en consonancia con la Escritura y la Tradición. Como consecuencia, las comunidades renuncian a actuar como un cuerpo unido, y prefieren en cambio actuar según el principio de “las opciones locales”. Frente a esta situación "en primer lugar, debemos recordarnos que la unidad de la Iglesia deriva de la perfecta unidad de la Trinidad" ha reafirmado al Pontífice, recordando que ésta fue "la firme convicción de la comunidad cristiana primitiva", además "la cohesión recíproca de los creyentes se fundaba en la plena integridad de la confesión de su credo". "El núcleo de la predicación de Pablo y de la Iglesia de los orígenes no fue otro que Jesucristo, y “éste, crucificado”. Y esta proclamación debía de ser garantizada por la pureza de la doctrina normativa expresada en las fórmulas de fe, los símbolos, que articulaban la esencia de la fe cristiana y constituían el fundamento de la unidad de los bautizados". A continuación, el Pontífice se ha preguntado si “no se ha atenuado el pleno vigor de la fuerza del kerygma por una aproximación relativista a la doctrina cristiana similar a la que encontramos en las ideologías secularizadas, que, al sostener que solamente la ciencia es “objetiva”, relegan completamente la religión a la esfera subjetiva del sentimiento del individuo”.
"La aceptación de esta línea errónea de pensamiento - ha destacado el Pontífice - conduciría a los cristianos a la conclusión de que en la exposición de la fe cristiana no es necesario subrayar la verdad objetiva, porque no hay más que seguir la propia conciencia y escoger la comunidad que más concuerde con los propios gustos personales. El resultado de esto se puede observar en la continua proliferación de comunidades, que con frecuencia evitan estructuras institucionales y minimizan la importancia de la vida cristiana en el contexto doctrinal. También en el movimiento ecuménico, los cristianos se muestran reacios a afirmar el papel de la doctrina por temor a que esto sirva sólo para exacerbar, más que para curar, las heridas de la división. A pesar de esto, un testimonio claro y convincente de la salvación que Cristo Jesús ha realizado en favor nuestro debe basarse en la noción de una enseñanza apostólica normativa, esto es, una enseñanza que realmente subraye la palabra inspirada de Dios y sustente la vida sacramental de los cristianos de hoy”.
El Santo Padre ha concluido su discurso recordando que "manteniéndose firmes” en la enseñanza segura lograremos responder a los retos que nos asaltan en un mundo cambiante. Sólo así daremos un testimonio firme de la verdad del Evangelio y de su enseñanza moral. Éste es el mensaje que el mundo espera oír de nosotros". (S.L) (Agencia Fides 21/4/2008; Líneas: Palabras:


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