AFRICA/KENYA - Luego de la toma de mando, el nuevo gobierno invita a la secta de los Mungiki al diálogo

viernes, 18 abril 2008

Nairobi (Agencia Fides) - “La gente continúa a salir con miedo; por las calles de Nairobi circulan poquísimos medios de transporte público. No obstante las promesas de los Mungiki, sigue vivo el recuerdo de la violencia desatada en los días pasados, un miedo reforzado por los volantes distribuidos por la secta en los que se invitaba a la población a permanecer en casa y no subir a los medios de transporte, bajo amenaza de decapitación”, declara a la Agencia Fides una fuente de la Iglesia local de Nairobi, capital de Kenya.
Los Mungiki, pertenecientes a dicha secta, habían bloqueado la circulación en diversas zonas de Nairobi y se había enfrentado a la policía para protestar por el asesinato de la esposa de su líder, quien se encuentra en prisión (ver Fides 14/4/2008). Los enfrentamientos han provocado una decena de víctimas. Frente a esta situación las fuerzas del orden han puesto en marcha una gran operación en la capital y en sus suburbios en búsqueda de miembros de la secta, empleando cientos de agentes. Las acciones contra los Mungiki han sido interpretadas como una señal de firmeza por parte del gobierno de unidad nacional, guiado por el Primer Ministro Raila Odinga, que prestó juramento el 17 de abril, de manos del Jefe de Estado, Mwai Kibaki. A la ceremonia asistió también Kofi Annan, ex Secretario General de la ONU, que ha tenido un rol clave en la mediación que ha puesto fin a la crisis keniata (ver Fides 28/2/2008).
“La toma de mando del nuevo ejecutivo y el diálogo constructivo entre Odinga y Kibaki es un acontecimiento positivo. El hecho de que Odinga haya hecho sucesivamente, de manera contemporánea a la operación policial, un llamado a los Mungiki a sentarse en la mesa de negociación es una señal alentadora para una población en estado de shock por la honda de violencia y el bloqueo de la circulación causado por los Mungiki”.
“Nairobi es una ciudad de cerca de 3 millones de habitantes, muchos de los cuales utilizan medios propios o públicos para poder ir a trabajar. Bloquear la circulación es sumamente fácil, ya que existen sólo 4 o 5 avenidas principales. Si se bloquea una, se paraliza una entera zona. Se entiende, pues, que los Mungiki u otros grupos puedan causar mucho daño utilizando pocos recursos”, explica una fuente de Fides.
Una situación todavía tensa, como lo demuestra el incidente ocurrido frente a la sede del partido de Odinga entre un grupo de mujeres pertenecientes a la secta y la policía, que tuvo que recurrir a los gases lacrimógenos. El grupo de mujeres, unas cincuenta, pretendían entregar al Premier una petición. (L.M.) (Agencia Fides 18/4/2008; líneas 33, palabras 462)


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