VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Estados Unidos - "Les invito a seguir a siendo levadura de esperanza evangélica en la sociedad americana, buscando llevar la luz y la verdad del Evangelio en la misión de crear un mundo cada vez más justo y libre para las generaciones futuras"

viernes, 18 abril 2008

Washington (Agencia Fides) - El jueves 17 de abril el Santo Padre Benedicto XVI ha presidido la Concelebración Eucarística en el Nationals Stadium de Washington a las 10horas, ahora local. En la homilía el Papa ha recordado ante todo el 200 aniversario de la creación de las Diócesis de Boston, Bardstown, ahora Louisville, Nueva York y Philadelphia, invitando a alabar Dios por la capacidad de las generaciones pasadas "de aglutinar grupos de inmigrantes muy diferentes en la unidad de la fe católica y en el esfuerzo común por difundir el Evangelio", y mirar hacia el futuro, firmemente arraigados "en la fe transmitida por las generaciones anteriores".
“He venido a América - ha dicho el Papa - para confirmaros, queridos hermanos y hermanas, en la fe de los Apóstoles … He venido para reiterar la llamada urgente de los Apóstoles a la conversión para el perdón de los pecados y para implorar al Señor una nueva efusión del Espíritu Santo sobre la Iglesia en este País". Recordando las lecturas bíblicas proclamadas poco antes, Benedicto XVI se ha detenido en la "unión inseparable entre el Señor resucitado y el don del Espíritu para el perdón de los pecados y el misterio de la Iglesia", y ha subrayado que "la Iglesia está llamada en todo tiempo y lugar a crecer en la unidad mediante una constante conversión a Cristo, cuya obra redentora es proclamada por los Sucesores de los Apóstoles y celebrada en los sacramentos”.
"El mundo necesita el testimonio" ha exclamado el Papa, recordando que el nuestro es "un tiempo lleno de grandes promesas, pues vemos cómo la familia humana se acomuna de diversos modos, haciéndose cada vez más interdependiente", y al mismo tiempo, sin embargo, "percibimos signos evidentes de un quebrantamiento preocupante de los fundamentos mismos de la sociedad". Del mismo modo también la Iglesia "ve signos de grandes promesas" y en el mismo tiempo "percibe a menudo con dolor que hay división y contrastes en su seno, descubriendo también el hecho desconcertante de que tantos bautizados, en lugar de actuar como fermento espiritual en el mundo, se inclinan a adoptar actitudes contrarias a la verdad del Evangelio”.
Después de haber invocado la efusión del Espíritu para que renueve la Iglesia en América y la sustente en su misión de anuncio, Benedicto XVI ha agradecido a todos los que han dedicado su vida a la nueva evangelización. "Los desafíos que se nos presentan exigen una instrucción amplia y sana en la verdad de la fe. Pero requieren cultivar también un modo de pensar, una "cultura" intelectual que sea auténticamente católica, que confía en la armonía profunda entre fe y razón, y dispuesta a llevar la riqueza de la visión de la fe en contacto con las cuestiones urgentes que conciernen el futuro de la sociedad americana”.
Recordando el tema de su visita a Estados Unidos, "Cristo nuestra esperanza", el Santo Padre ha puesto en evidencia que "los americanos siempre han sido un pueblo de la esperanza". A pesar de "las injusticias sufridas por las poblaciones americanas nativas y de los que fueron traídos de África por la fuerza como esclavos", la esperanza en el futuro, forma parte hondamente del carácter americano. "Y la virtud cristiana de la esperanza… esta esperanza ha caracterizado también y sigue caracterizando la vida de la comunidad católica en este País. En el contexto de esta esperanza nacida del amor y de la fidelidad de Dios reconozco el dolor que ha sufrido la Iglesia en América como consecuencia del abuso sexual de menores. Ninguna palabra mía podría describir el dolor y el daño producido por dicho abuso. Es importante que se preste una cordial atención pastoral a los que han sufrido. Tampoco puedo expresar adecuadamente el daño que se ha hecho dentro de la comunidad de la Iglesia… animo a cada uno de ustedes a hacer cuanto les sea posible para promover la recuperación y la reconciliación, y para ayudar a los que han sido dañados. Les pido también que estimen a sus sacerdotes y los reafirmen en el excelente trabajo que hacen. Y, sobre todo, oren para que el Espíritu Santo derrame sus dones sobre la Iglesia, los dones que llevan a la conversión, al perdón y el crecimiento en la santidad”.
En la parte conclusiva de la homilía, el Papa recordado de nuevo "la fuerza liberadora" del Sacramento de la penitencia, y ha subrayado que "en gran parte la renovación de la Iglesia en América depende de la renovación de la regla de la penitencia y del crecimiento en la santidad: los dos es inspirado y realizadas por este Sacramento". Por último, el Pontífice ha exhortado a los presentes "a seguir a siendo fermento de esperanza evangélica en la sociedad americana, con el fin de llevar la luz y la verdad del Evangelio en la tarea de crear un mundo cada vez más justo y libre para las generaciones futuras”.
El Santo Padre se ha dirigido después a los "queridos hermanos y hermanas de lengua española", exhortándolos a no dejarse vencer por el pesimismo, la inercia o los problemas. "El Señor les llama a seguir contribuyendo al futuro de la Iglesia en este País y a la difusión del Evangelio. Sólo si están unidos a Cristo y entre ustedes, su testimonio evangelizador será creíble y florecerá en copiosos frutos de paz y reconciliación en medio de un mundo muchas veces marcado por divisiones y enfrentamientos". (S.L) (Agencia Fides 18/4/2008; Líneas: Palabras:


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