VATICANO - Papa Benedicto XVI en Estados Unidos - "Vengo como amigo y anunciador del Evangelio, como uno que tiene gran respeto por esta vasta sociedad pluralista”

jueves, 17 abril 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Vengo como amigo y anunciador del Evangelio, como uno que tiene gran respeto por esta vasta sociedad pluralista… Al comenzar mi visita, confío en que mi presencia pueda ser fuente de renovación y esperanza para la Iglesia en los Estados Unidos y refuerce la voluntad de los católicos de contribuir más responsablemente aún a la vida de la Nación, de la que están orgullosos de ser ciudadanos". Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI se ha dirigido al Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, durante la ceremonia de bienvenida que ha tenido lugar en la Casa Blanca de Washington, la mañana del 16 de abril, día del su 81 cumpleaños.
Después de haber dado las gracias al Presidente Bush por la invitación y la acogida, el Santo Padre ha recordado que "ya desde los albores de la República, la búsqueda de libertad de América ha sido guiada por la convicción de que los principios que gobiernan la vida política y social están íntimamente relacionados con un orden moral, basado en la señoría de Dios Creador… El curso de la historia americana demuestra las dificultades, las luchas y la gran determinación intelectual y moral que han sido necesarias para formar una sociedad que incorporara fielmente estos nobles principios… También en nuestro tiempo, especialmente en los momentos de crisis, los americanos siguen encontrando energía en sí mismos adhiriéndose a este patrimonio de ideales y aspiraciones compartidos”.
El Papa ha señalado a continuación al programa de su viaje, durante el que se reunirá "no solamente con la comunidad católica de América, sino también con otras comunidades cristianas y representaciones de las numerosas tradiciones religiosas", subrayando que "todos los creyentes han encontrado aquí la libertad de adorar a Dios según los dictámenes de su conciencia, siendo aceptados al mismo tiempo como parte de una confederación en la que cada individuo y cada grupo puede hacer oír su propia voz". Ha deseado a continuación que frente a las actuales complejas cuestiones políticas y ética, los americanos puedan encontrar en sus creencias religiosas " una fuente preciosa de discernimiento y una inspiración para buscar un diálogo razonable, responsable y respetuoso en el esfuerzo de edificar una sociedad más humana y más libre”.
Deteniéndose en el tema de la libertad, Benedicto XVI ha subrayado que "no es sólo un don, sino también una llamada a la responsabilidad personal", como testimonia el gran número de los que han sacrificado su vida en defensa de la libertad. "La defensa de la libertad es una llamada a cultivar la virtud, la autodisciplina, el sacrificio por el bien común y un sentido de responsabilidad ante los menos afortunados - ha continuado el Papa -. Además, exige el valor de empeñarse en la vida civil, llevando las propias creencias religiosas y los valores más profundos a un debate público razonable. En una palabra, la libertad es siempre nueva. Se trata de un desafío que se plantea a cada generación, y ha de ser ganado constantemente en favor de la causa del bien". "Por su parte, la Iglesia desea contribuir a la construcción de un mundo cada vez más digno de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios … convencida de que la fe proyecta una luz nueva sobre todas las cosas, y que el Evangelio revela la noble vocación y el destino sublime de todo hombre y mujer”.
En la parte final del discurso, el Pontífice ha citado la prevista visita a la Organización de las Naciones Unidas, " donde espero alentar los esfuerzos que se están haciendo para dar a esa institución una voz todavía más eficaz en favor de las expectativas legítimas de todos los pueblos del mundo. A este respecto, en el 60° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, la exigencia de una solidaridad global es más urgente que nunca, si se quiere que todos puedan vivir de acuerdo con su dignidad, como hermanos y hermanas que habitan en una misma casa, alrededor de la mesa que la bondad de Dios ha preparado para todos sus hijos". Benedicto XVI también ha recordado la generosidad de América "en salir al encuentro de las necesidades humanas inmediatas", mostrándose confiado en "esta preocupación por la gran familia humana seguirá manifestándose con el apoyo a los esfuerzos pacientes de la diplomacia internacional orientados a solucionar los conflictos y a promover el progreso". (S.L) (Agencia Fides 17/4/2008; Líneas: 52 Palabras: 761)


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