VATICANO - El Papa exhorta "a una misión incansable y generosa para hacer frente, en el terreno del diálogo y del encuentro con las culturas, del anuncio del Evangelio y del testimonio, al preocupante fenómeno de la secularización"

lunes, 10 marzo 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La secularización, que con frecuencia se convierte en laicismo abandonando la acepción positiva de secularización, pone a dura prueba la vida cristiana de los fieles y de los pastores" ha subrayado el Santo Padre Benedicto XVI dirigiéndose a los participantes de la asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Cultura a los que ha recibido en audiencia la mañana del 8 de marzo.
Recordando el tema elegido por la Plenaria - "La Iglesia y el desafío de la secularización" - el Papa ha continuado: "La secularización, que se presenta en las culturas como impostación del mundo y de la humanidad sin referencia a la Trascendencia, invade todos los aspectos de la vida cotidiana y desarrolla una mentalidad en la que Dios está ausente, en todo o en parte, de la existencia y de la conciencia humana. Esta secularización no es solamente una amenaza externa para los creyentes, sino que se manifiesta ya desde hace tiempo en el seno de la Iglesia misma. Desnaturaliza desde dentro y en profundidad la fe cristiana y, por consiguiente, el estilo de vida y el comportamiento cotidiano de los creyentes". Estos viven en el mundo marcados, cuando no condicionados, por “la cultura de la imagen” que impone la negación práctica de Dios: “ya no se necesita a Dios, no es necesario pensar en Él, volver a Él. Además, la mentalidad hedonística y consumista predominante favorece, tantos en los fieles como en los pastores, una desviación hacia la superficialidad y un egocentrismo que daña la vida eclesial".
Si en el pasado tantos intelectuales anunciaron la "muerte de Dios", hoy asistimos "a un culto estéril del individuo". Para evitar el riesgo de caer "en una atrofia espiritual y en un vacío del corazón" el Papa Benedicto XVI ha subrayado la urgencia de reaccionar "mediante el recurso a los valores altos de la existencia, que dan sentido a la vida y pueden satisfacer la inquietud del corazón humano en la búsqueda de la felicidad: la dignidad de la persona humana y su libertad, la igualdad de todos los hombres, el sentido de la vida y la muerte y de lo que nos espera después del final de la existencia terrena”.
Citando al Siervo de Dios Juan Pablo II, que recordó en numerosas ocasiones "la urgencia de encontrar al hombre en el terreno de la cultura para transmitirle el Mensaje evangélico" y por ello, instituyó el Consejo Pontificio de la Cultura, Benedicto XVI ha subrayado que "el hombre contemporáneo tiene con frecuencia la impresión de que no necesita ya a nadie para comprender, explicar y dominar el universo; se siente el centro de todo, la medida de todo". Las nuevas tecnologías de la información han contribuido además, con frecuencia “a la difusión en todas las culturas de numerosos componentes materialistas e individualistas del occidente… La luz de la razón, exaltada, pero en realidad empobrecida, viene sustituyendo radicalmente desde la Ilustración, a la luz de la fe, a la luz de Dios".
En la parte final de su discurso, el Santo Padre ha subrayado que son grandes "los desafíos a los que debe enfrentarse la misión de la Iglesia en este ámbito" y ha exhortado a continuar el diálogo "en la distinción de las características especificaciones de la ciencia y la fe. En efecto, cada uno tiene sus propios métodos, ámbitos, objetos de búsqueda, finalidades y límites, y debe respetar y reconocer a la otra su legítima posibilidad de ejercicio autónomo según sus propios principios; ambas deben servir al hombre y a la humanidad, favoreciendo el desarrollo y el crecimiento integral de cada uno y de todos”.
El Papa ha concluido exhortando "sobre todo a los Pastores del rebaño de Dios a una misión incansable y generosa para hacer frente, en el terreno del diálogo y del encuentro con las culturas, del anuncio del Evangelio y del testimonio, al preocupante fenómeno de la secularización, que debilita a la persona y la obstaculiza en su innato anhelo hacia la Verdad plena. Que los discípulos de Cristo puedan, gracias al servicio que rinde en particular vuestro Dicasterio, seguir anunciando a Cristo en el corazón de las culturas, porque Él es la luz que ilumina la razón, el hombre y el mundo." (S.L) (Agencia Fides 10/3/2008; Líneas: 51 Palabras: 743)


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