AMERICA/GUATEMALA - EL CARD. SEPE SE REÚNE CON LOS NIÑOS DE LA INFANCIA MISIONERA Y LOS JÓVENES:”VOSOTROS SOIS LOS JÓVENES MISIONEROS DE LA IGLESIA JOVEN, VOSOTROS PODÉIS AYUDAR A DIFUNDIR EL EVANGELIO EN ESTA TIERRA AMERICANA Y EN TODO EL MUNDO”

lunes, 1 diciembre 2003

Ciudad de Guatemala (Agencia Fides) – El sábado 29 de noviembre, el Card. Creszencio Sepe, Enviado Especial del Santo Padre se reunió con los niños de la Obra Pontifica de la Infancia Misionera. El cardenal se acercó a Santa Catalina de Pinula, un centro que se encuentra a las afueras de la ciudad donde fue acogido en un clima de autentica fiesta por más de 2000 personas que le dieron la bienvenida, según cuenta a la Agencia Fides el P. Víctor Livori. El alcalde José Antonio Coro García, entregó al Cardenal las llaves de la ciudad y el Cardenal a su vez entregó al Alcalde una medalla conmemorativa del XXV Aniversario de Pontificado de Su Santidad Juan Pablo II. Con animo emocionado y conmovido el Cardenal dijo que en este país “se sentía más sacerdote, más Obispo y más Cardenal”.
Después el Enviado Especial del Papa se dirigió al “Estadio Pinula” de la ciudad donde en un clima de fiesta fue recibido por unos 6.000 niños que ondeaban las banderas y gritaban a gran voz: “Juan pablo, segundo, te quiere todo el mundo”. El Cardenal Sepe respondió: “También el Papa os ama”.En su discurso el Cardenal agradeció a los niños “por su alegría, gracias por su presencia, y sobre todo gracias por su empeño misionero en la Iglesia en Guatemala y en toda América” y subrayó la importancia del momento “que puede cambiar el rostro de la Iglesia en América”. En los primeros siglos del cristianismo, los niños ayudaron a la Iglesia en las catacumbas a difundir el Evangelio de Jesús. El primero entre todos fue S. Tarsicio, un muchacho que ofreció su vida por la Eucaristía, recordó el Cardenal. En Japón, fueron los niños los que enseñaron la lengua japonesa al gran misionero S. Francisco Javier, y algunos de ellos lo acompañaron en su misión. Fueron tres chicos mejicanos: Cristóbal, Antonio y Juan los que acogieron el Anuncio del Evangelio en América Latina y dieron su propia vida para que la luz del Evangelio pudiese iluminar todo el continente. “La Iglesia necesita del genio infantil –dijo el Cardenal Sepe - Han pasado 160 años, desde cuando la Iglesia ha dado a los niños la misión de salvar a los niños del mundo... Hoy, más que nunca, el mundo tiene necesidad de ustedes ya que el sufrimiento de los niños sobre la tierra aumenta cada vez más”.
El Card. Sepe confió después a los niños la misión de “ abrir un sendero luminosos hacia la luz” para los adultos que han perdido la fe: “Vosotros son los jóvenes misioneros de la Iglesia Joven, vosotros pueden ayudar a difundir el Evangelio en esta tierra americana y en todo el mundo” siguiendo el ejemplo de Santa Teresa que desde los 9 años pertenecía a la Infancia Misionera y a los 14 años consagró su vida a Dios.
Por la tarde del sábado el Enviado Especial del Santo Padre participó en el encuentro con los Jóvenes Misioneros Americanos. El P. Carlos Navarrete, responsable de la Liga Juvenil Misionera de México, pronunció un discurso sobre la misión de los jóvenes en América y sobre su compromiso por Cristo. Después fue presentado el “manifiesto” de los jóvenes que participaron en el congreso en el que piden una mayor acogida y protagonismo en la pastoral misionera de la Iglesia. Después tomó la palabra el Cardenal Sepe que se dirigió así a los jóvenes: “Vuestra presencia me trae a la memoria a miles de misioneros, que durante los siglos pasados se desplazaron a los cinco continentes... Hoy la Iglesia en América se prepara a renovar el milagro de la Misión con el nuevo vigor de vuestra santidad”.
La Misión, no es el fruto de un sentimiento o de un entusiasmo pasajero; nadie se convierte en misionero de repente, recordó el Cardenal, sino que exige una larga preparación y maduración. “Queridos jóvenes, la misión es vuestra vocación; la Iglesia necesita vuestro entusiasmo para estar presente en la sociedad y expandirse en el mundo entero”. No es fácil cumplir esta misión en un mundo impregnado de una cultura materialista y hedonista, que vacía el mensaje cristiano de su contenido convirtiéndolo en un mensaje “inofensivo”. El camino de la misión es el camino de la santidad. “No se puede ser misionero si no se es santo” recordó el Cardenal, invitando a los jóvenes a ser “fieles centinelas de la evangelización del tercer milenio”.
(S.L.) (Agencia Fides 1/12/2003; Líneas: 60 Palabras: 805)


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