AFRICA/CONGO RD - “No podemos callar ante la epidemia de la violencia sexual”: denuncia de los Institutos religiosos de la Provincia de Katanga

martes, 4 marzo 2008

Kinshasa (Agencia Fides) - “Ante la situación inhumana e injustificada que continúa en el oriente de la República Democrática del Congo, caracterizada por la violencia de todo tipo, por abusos sexuales en serie y por la banalización de la vida de nuestros hermanos y hermanas, nosotros, superioras y superiores mayores de las Congregaciones religiosas que trabajan en la Provincia de Katanga no podemos callar”, afirma un comunicado enviado a la Agencia Fides por los responsables de las Congregaciones religiosas, masculinas y femeninas, que trabajan en la provincia ubicada en el oriente del Congo.
A pesar de la paz que se firmó en 2003 y de las elecciones de 2006, el oriente de la República Democrática del Congo continúa convulsionado por la presencia de bandas y de grupos armados. El costo lo paga la población civil. En particular la violencia sexual ha alcanzado proporciones alarmantes y es considerada por muchos observadores como un auténtico instrumento de guerra para obligar a las poblaciones a dejar el territorio en que viven.
En su declaración los responsables de las Congregaciones religiosas afirman que las violencias sexuales son hechos “espantosos e innumerables que constituyen una tragedia semejante a una ‘epidemia’ cuya erradicación debe movilizar a todos”.
Ante esta tragedia, los superiores religiosos afirman “constatar con tristeza que no sólo la mayor parte de estos crímenes permanece impune, sino que los autores de estas acciones son reincidentes, sin temor alguno a las consecuencias. Deploramos la indiferencia cómplice y culpable, tanto de las autoridades civiles como militares, así como de la comunidad internacional, ante una catástrofe de las peores de la historia de la humanidad”.
“La situación ha superado ya todo límite: ¿qué debemos esperar mañana? Las poblaciones del oriente de la República Democrática del Congo exigen la justicia: es inhumano permanecer sordos ante su grito de dolor”.
Los superiores mayores alaban la acción de las “numerosas ONGs, de las asociaciones civiles y de las estructuras sanitarias que ofrecen servicios admirables, con mucha frecuencia gratuitos, a gran parte de las víctimas. La Iglesia misma ha creado diversas estructuras para acoger, asistir y orientar a estas personas”.
En el documento se reafirma que “parece claro a más de un observador que las violencias sexuales se han convertido en un arma terrible para aniquilar y diezmar a un pueblo entero. Dada la impunidad de que gozan los autores de estos crímenes, nos preguntamos si esta práctica no sea conscientemente alentada por personas que buscan el poder, o bien por poderes internos y externos cuyos objetivos se mantienen con frecuencia ocultos”.
Los superiores de las Congregaciones religiosas proponen algunas recomendaciones para hacer frente a esta situación: aplicación de los artículos de la Constitución que prevén extender la paz a todo el territorio nacional y garanticen la seguridad de las personas; reforma y potenciamiento del sistema judicial; reformas jurídicas y culturales para que la mujer no sea considerada un ser inferior a su propio marido; creación de estructuras estatales que se ocupen de las víctimas; aplicación severa de las leyes con respecto a los culpables de delitos sexuales. (L.M.) (Agencia Fides 4/3/2008 líneas 38 palabras 506)


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