INTENCIÓN MISIONERA - "Para que los institutos de Vida Consagrada, tan florecientes en los países de misión, redescubran la dimensión misionera y, fieles a la elección radical de los consejos evangélicos, generosamente testimonien y anuncien a Cristo hasta los confines del mundo”. Comentario a la intención Misionera indicada por el Santo Padre para el mes de febrero de 2008

martes, 5 febrero 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Ya desde los orígenes de la Iglesia hubo hombres y mujeres que se esforzaron por seguir con más libertad a Cristo por la práctica de los consejos evangélicos y, cada uno según su modo peculiar, llevaron una vida dedicada a Dios.... En medio de tanta diversidad de dones, todos los que son llamados por Dios a la práctica de los consejos evangélicos y fielmente los profesan se consagran de modo particular al Señor, siguiente a Cristo, quien, virgen y pobre, redimió y santificó a los hombres por su obediencia hasta la muerte de Cruz. Así, impulsados por la caridad que el Espíritu Santo difunde en sus corazones, viven más y más para Cristo y para su Cuerpo, que es la Iglesia" (cfr. Perfectae caritatis, 1). En el Decreto "Perfectae Caritatis", emanado por Pablo VI el 28 de octubre de 1965, se indicaban las líneas fundamentales de la renovación de la vida religiosa según las diversas exigencias de los tiempos, en el espíritu del Concilio Vaticano II.
El particular papel de la vida consagrado en la misión Ad Gentes fue indicado posteriormente por Juan Pablo II en la Encíclica "Redemptoris Missio". En el número 69, titulado “La fecundidad misionera de la consagración", el Papa escribe: "En la inagotable y multiforme riqueza del Espíritu se sitúan las vocaciones de los Institutos de vida consagrada, cuyos miembros, « dado que por su misma consagración se dedican al servicio de la Iglesia ... están obligados a contribuir de modo especial a la tarea misional, según el modo propio de su Instituto". A continuación Juan Pablo II invita a los institutos de vida contemplativa "a establecer comunidades en las jóvenes Iglesias, para dar « preclaro testimonio entre los no cristianos de la majestad y de la caridad de Dios, así como de unión en Cristo. Esta presencia es beneficiosa por doquiera en el mundo no cristiano, especial mente en aquellas regiones donde las religiones tienen en gran estima la vida contemplativa por medio de la ascesis y la búsqueda del Absoluto". A los institutos de vida activa les indica a continuación "los inmensos espacios para la caridad, el anuncio evangélico, la educación cristiana, la cultura y la solidaridad con los pobres , los discriminados, los marginados y oprimidos. Estos Institutos, persigan o no un fin estrictamente misionero, se deben plantear la posibilidad y disponibilidad a extender su propia actividad para la expansión del Reino de Dios”.
Las Estadísticas de la Iglesia católica ofrecidas por la Oficina central de Estadística de la Iglesia, actualizada en el 2006 (cfr. "L’Osservatore Romano" del 4/5 de febrero de 2008) da una idea de la realidad de la vida consagrada. En el mundo, al 31 de diciembre de 2006, había 136.171 sacerdotes religiosos, 532 diáconos permanentes religiosos, 55.107 religiosos no sacerdotes, 753.400 religiosas, por un total de 945.210 consagrados. Por lo que concierne a las religiosas de vida activa, están divididas en: 16.594 aspirantes, 15.794 novicias, 46.718 profesas temporales y 501.292 profesas perpetuas. En el ámbito de las contemplativas hay: 2.000 aspirantes, 2.087 novicias, 3.511 profesas temporales y 44.982 de votos perpetuos. Los religiosos están subdivididos en: 18.517 aspirantes, 10.456 novicios, 5.641 profesos temporales y 35.512 profesos perpetuos.
Examinando los años anteriores, de 1997 al 2005, podemos notar una general disminución de los sacerdotes religiosos, de los religiosos no sacerdotes como también de las religiosas: los sacerdotes religiosos en el mundo han pasado de 140.687 en 1997 a 136.649 en el 2005; los religiosos no sacerdotes han disminuidos de 58.210 a 54.708; las religiosas han pasado de 819.278 a 760.529.
Centrándose luego en el reparto continental, se observa que son esencialmente Europa y América los que determinan la constante disminución, y en menor medida Oceanía. En Europa los sacerdotes religiosos han disminuidos de 64.803 (1997) a 59.787 (2005); los religiosos no sacerdotes de 24.460 a 19.574; las religiosas de 388.693 a 322.995. Análogo discurso para el continente de América: aquí los sacerdotes religiosos han disminuido de 46.518 (1997) a 42.869 (2005); los religiosos no sacerdotes de 17.426 a 16.457; las religiosas de 240.858 a 215.372. Oceanía tenía 2.308 sacerdotes religiosos en 1997 y ha bajado a 2.064 (2005); tenía 11.904 religiosas que ha disminuido a 9.909, y también los religiosos no sacerdotes han disminuido de 1.967 a 1.563.
África y Asia cuentan por el contrario, con un crecimiento constante de la vida religiosa, consolidada de año en año en el arco de tiempo examinado (1997-2005). Los sacerdotes religiosos en África han pasado de 10.406 (1997) a 11.206 (2005) y en Asia de 16.652 a 20.723; los religiosos no sacerdotes en África eran 7.083 y han llegado a 7.948, incluso esté con una alternancia de aumentos y disminuciones, mientras que en Asia han pasado de 7.274 a 9.166. Las religiosas en África han pasado de 49.854 (1997) a 58.781 (2005), y también en Asia se ha pasado de 127.969 a 153.472 religiosas.
La vida consagrada crece por lo tanto en África y en Asia, no sólo con el aumento de los miembros de los institutos religiosos que se han establecido localmente gracias a la labor de los misioneros, sino también con el nacimiento de nuevos institutos de vida consagrada locales, distintos de los que han elegido como carisma la misión Ad Gentes, expresión de una sensibilidad misionera creciente, y que han salido de la propia nación y del propio continente.
Entre los signos de vitalidad y esperanza para la vida religiosa en África y en Asia, además del crecimiento numérico está la apertura a la dimensión religiosa de las culturas locales, el crecimiento de las Iglesias locales, el progreso de una auténtica inculturación del Evangelio, un mayor conocimiento de los carismas de los institutos religiosos, una fuerte presencia de jóvenes, el empeño por la promoción humana y el significativo testimonio de los religiosos y religiosas donde no es posible una evangelización directa.
Ciertamente no faltan dificultades y problemas entre quienes eligen seguir la vida religiosa. La primera de todas la necesidad de una sólida formación, de base y permanente, espiritual y cultural, que permita afrontar los obstáculos que plantea el fundamentalismo, el racismo y las sectas. En este mes pedimos pues con particular intensidad para que el Espíritu permita a los religiosos religiosas, sobre todo de los Países de misión, ser "como vela encendido", para "irradiar siempre y en todo lugar el amor de Cristo luz del mundo" (Benedicto XVI, 2 de febrero de 2006) de modo particular en tantas situaciones dominadas por la pobreza, las injusticias, las violencias, y guerras en medio de las cuales deben trabajar.
Resuena siempre actual la exhortación que el Papa Benedicto XVI dirigió a los religiosos y religiosas presentes en Roma, al inicio de su Pontificado: "La Iglesia necesita vuestro testimonio; necesita una vida consagrada que afronte con valentía y creatividad los desafíos de nuestro tiempo. Ante el avance del hedonismo se os pide el testimonio valiente de la castidad, como expresión de un corazón que conoce la belleza y el precio del amor de Dios. Ante la sed de dinero, que hoy domina casi por doquier, vuestra vida sobria y consagrada al servicio de los más necesitados recuerda que Dios es la riqueza verdadera que no perece. Ante el individualismo y el relativismo, que inducen a las personas a ser norma única para sí mismas, vuestra vida fraterna, capaz de dejarse coordinar y por tanto capaz de obediencia, confirma que ponéis en Dios vuestra realización" (Papa Benedicto XVI, el 10 de diciembre de 2005). (S.L) (Agencia Fides 5/2/2008; Líneas: 89 Palabras: 1305)


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