AMERICA/ESTADOS UNIDOS - Que los derechos humanos de los emigrantes y refugiados sean adecuadamente tutelados y sea respetada su dignidad humana: intervención del Observador permanente de la Santa Sede ante la ONU

martes, 13 noviembre 2007

Washington (Agencia Fides) - “Estamos apenados por las dolorosas condiciones de quienes huyen a causa de largos conflictos en la República Democrática del Congo, en El Chad, en Darfur, en Afganistán y en numerosas otras regiones, entre ellas el Medio Oriente que se evidencia con sus numerosos problemas. En particular, la Santa Sede desea una vez más llamar la atención de la comunidad internacional sobre los sufrimientos de los refugiados iraquíes y las personas desplazadas que huyen de ataques indiscriminados, de actos violentos y sectarios basados en convicciones políticas y religiosas y en la afiliación a grupos sociales específicos. En los últimos años esta ha sido la más rápida y masiva migración". Son las palabras del Observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, el arzobispo Celestino Migliore, quien ha intervenido el 8 de noviembre ante el tercer comité de la 62ª sesión de la asamblea General, en referencia a la relación del alto Comisario de las Naciones Unidas para los refugiados (UNHCR).
"La Santa Sede expresa profundo aprecio al UNHCR por todos sus esfuerzos dirigidos a asistir a 32,9 millones de personas confiados a su protección este año - ha subrayado el Arzobispo -. Ante la fatiga y al pesimismo que aparecen aquí y allá en el seno a la comunidad internacional en el área de la ayuda humanitaria, ésta parece la ocasión apropiada para recordar que el UNCHR es un instrumento esencial con que los Estados y la comunidad internacional en su totalidad honran el empeño de proteger a quienes dejan sus casas por diversos motivos. Sin embargo, tal responsabilidad no puede ser apoyada solamente por la Oficina del alto Comisariado. Más bien, los Estados interesados tienen el deber de proteger a esas personas y sostenerlas con una firme voluntad política y adecuados recursos financieros."
El Observador permanente de la Santa Sede ha subrayado a continuación que "los desafíos son numerosos, complejos y desalentadores". Todos los días emigrantes y refugiados intentan atravesar los confines en busca de seguridad y de mejores condiciones de vida, y muchos de su perdón la vida en tales tentativas. Nos encontramos frente a masas de personas en camino por diversas causas y con diversas motivaciones: personas expulsadas de sus casas por conflictos armados y persecuciones, personas que huyen de la extrema pobreza, personas obligadas a emigrar a causa del deterioro ambiental y los desastres naturales". Mons. Migliore ha subrayado por último, la urgencia de "un esfuerzo internacional con el intento de buscar una mayor claridad en los instrumentos legales de tutela a disposición o, si es necesario, crear nuevos" y ha recordado que la dignidad y los derechos humanos de los desplazados o emigrantes no documentados, “no pueden ser violados o ignorados. Su derecho a la vida, a la incolumidad personal, a la libertad de conciencia y de religión, a la no discriminación, en particular de los más vulnerable como son los niños, deben ser antepuestos a cualquiera consideración de carácter legal o político."
Los enormes desafíos humanitarios que se presentan hoy, sólo podrán ser afrontados por medio de una activa colaboración entre Estados, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales y sociedad civil, ha concluido el Arzobispo Migliore. "Esta colaboración, realizada en la confianza y en la solidaridad recíproca, puede dar verdaderamente respuestas concretas y coherentes al grito de ayuda de quienes necesitan protección internacional". (S.L) (Agencia Fides 13/11/2007 - Líneas: 42 Palabras: 582)


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