VATICANO - "La inscripción en el registro de los Beatos de un número tan elevado de Mártires demuestra que el supremo testimonio de sangre no es solamente una excepción reservada a algunos sino una posibilidad real para todo el Pueblo cristiano" recuerda Benedicto XVI en el Angelus al final de la Beatificación de los 498 mártires españoles del siglo XX

lunes, 29 octubre 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "El luminoso testimonio de los mártires españoles" y "el testimonio silencioso y heroico de tantos cristianos que viven el Evangelio sin compromisos" han sido recordados por el Santo Padre Benedicto XVI el domingo 28 de octubre, antes del rezo del ángelus con los numerosos fieles y peregrinos llegados a Roma. Poco antes acababa de concluir en la plaza de San Pedro, la Santa Misa presidida por el Card. José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, con la Beatificación de 498 mártires del siglo XX en España. "La inscripción en el registro de los Beatos de un número tan elevado de Mártires - ha dicho el Papa en el ángelus - demuestra que el supremo testimonio de sangre no es solamente una excepción reservada a algunos sino una posibilidad real para todo el Pueblo cristiano. Se trata, en efecto, de hombres y mujeres diversos en edad, vocación y condición social, que han pagado con la vida su fidelidad a Cristo y a su Iglesia".
A continuación Benedicto XVI ha recordado que "el mes de octubre, dedicado de modo particular al compromiso misionero, se cierra así con el luminoso testimonio de los mártires españoles, que van a sumarse a los mártires Albertina Berkenbrock, Emmanuel Gómez Gonzáles y Adilio Daronch y Franz Jägerstätter, proclamados Beatos en los días pasados en Brasil y Austria. Su ejemplo testimonia que el Bautismo compromete a los cristianos a participar con valentía en la difusión del Reino de Dios, cooperando si es necesario con el sacrificio de la misma vida". En todo caso no todos estamos llamados al martirio cruento, también hay un "martirio" incruento, es el "testimonio silencioso y heroico de tantos cristianos que viven el Evangelio sin compromisos, cumpliendo su deber y dedicándose generosamente al servicio de los pobres". Como ejemplo de dicho martirio, el Santo Padre ha citado a Celina Chludzinska Borzzcka, esposa, madre de familia, viuda y religiosa, beatificada el día anterior en Roma. "Este martirio de la vida ordinaria es un testimonio particularmente importante en las sociedades secularizadas de nuestro tiempo - ha continuado Benedicto XVI -. Es la pacífica batalla del amor que todo cristiano, como Pablo, tiene que combatir incansablemente; la carrera por difundir el Evangelio que nos compromete hasta la muerte”.
Saludando a los peregrinos en las diversas lenguas, después de la oración del ángelus, el Santo Padre ha saludado particularmente a los fieles de lengua española, muy numerosos en Roma por la Beatificación, y ha saludado a los Obispos españoles, sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y fieles: " Damos gracias a Dios por el gran don de estos testigos heroicos de la fe que, movidos exclusivamente por su amor a Cristo, pagaron con su sangre su fidelidad a Él y a su Iglesia - ha dicho el Santo Padre -. Con su testimonio iluminan nuestro camino espiritual hacia la santidad, y nos alientan a entregar nuestras vidas como ofrenda de amor a Dios y a los hermanos. Al mismo tiempo, con sus palabras y gestos de perdón hacia sus perseguidores, nos impulsan a trabajar incansablemente por la misericordia, la reconciliación y la convivencia pacífica". (S.L) (Agencia Fides 29/10/2007 - Líneas: 40 Palabras: 585)


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