AFRICA - La diáspora africana manda cada año 17 mil millones de dólares a los países de origen: “pero los costos de la transferencia del dinero son demasiado altos” dice el Banco Africano de Desarrollo

miércoles, 3 octubre 2007

Roma (Agencia Fides) - Los trabajadores africanos emigrados a otros continentes envían cada año a África entre 14 y 17 mil millones de dólares americanos bajo la forma de transferencias a familiares y conocidos. Lo afirma un reporte del Banco Africano de Desarrollo, que subraya que esta cifra corresponde más o menos a la suma de los balances anuales de tres Estados de África Oriental: Kenya, Tanzania y Uganda.
Se trata por lo tanto de una fuente de ingresos importante, en diversos casos fundamental, para muchas familias africanas, pero hay que superar algunas dificultades para facilitar la transferencia de dinero de los emigrados. El Presidente del Banco Africano de Desarrollo, Donald Kaberuba, lanzó un llamamiento para hacer más eficiente el sistema interbancario en África, haciendo notar que los altos costos de transferencia de dinero son el principal obstáculo a las remesas de los trabajadores africanos expatriados.
Estos costos varían entre el 5 y el 15% de la suma versada. “Debemos hacer lo que se tiene que hacer para involucrar a la diáspora en el desarrollo de los propios países de origen, removiendo los impedimentos que obstaculizan las remesas, que son un fuerte complemento a las ayudas de los donantes”, dijo Kaberuba.
“Por ejemplo, en Malí”, añadió el Presidente del Banco Africano de Desarrollo, “donde tres millones y medio de los cuatro millones de expatriados vive en otras partes de África, sólo las remesas de los inmigrados a Francia, enviadas a través de canales oficiales, llegan a 120 mil millones de Francos CFA, una suma cercana a los fondos para el desarrollo que el país recibe de los países donantes”. Según el estudio del Banco, las remesas de la diáspora en Marruecos, Senegal y Comoras equivalen respectivamente al 750%, al 218% y al 346% de la asistencia al desarrollo. Con la diferencia que las ayudas oficiales frecuentemente se dispersan en mil revuelos y que las remesas de los emigrados terminan directamente en los bolsillos de los que tienen necesidad. (L.M.) (Agencia Fides 3/10/2007 líneas 29 palabras 336)


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