VATICANO - Amor a Cristo, dedicación a la Iglesia, apertura hacia los otros: a cinco años de la muerte del Card. François-Xavier Nguyen Van Thuan nombrado el Postulador de la causa de canonización

lunes, 17 septiembre 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Un fúlgido testigo de unidad y perdón, de justicia y de paz, forjado por la atormentada experiencia de la cárcel vivida en unión a Cristo crucificado y bajo la materna protección de Maria": así se delinea , en la oración por la beatificación, la heroica figura del Cardenal vietnamita François-Xavier Nguyen Van Thuan, Presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, conmemorado el domingo 16 de septiembre - a los cinco años exactos de su muerte, ocurrida el 16 de septiembre del 2002, después de una larga y dolorosa enfermedad - en la iglesia romana de Santa Maria de la Scala, en Trastevere, su título cardenalicio.
Su amable persona y su ministerio episcopal, que irradiaron en la Iglesia y en el mundo la luz de la fe, el entusiasmo de la esperanza y el calor de la caridad, han sido revividos con acentos conmovidos por el sucesor del purpurado en la guía del Dicasterio, el Cardenal Renato R. Martino, quien presidió la Concelebración Eucarística que ha visto la participación del personal del Pontificio Consejo, de representantes de la Fundación San Mateo en Memoria del Card. Van Thuan, del Observatorio Internacional Cardenal Van Thuan para la Doctrina Social de la Iglesia, además de familiares y amigos y de la comunidad vietnamita en Roma.
El Card. Martino, que ha dispuesto el nombramiento del postuladorde la causa de canonización en la persona de la abogada Silvia Mónica Correale, subrayó en particular tres aspectos de la compleja personalidad de su predecesor. Ante todo, su intenso amor a Cristo crucificado, de quien siempre llevaba consigo la imagen hecha por él mismo en los 13 años de injusta detención en las cárceles vietnamita. Luego la dedicación a la Iglesia, expresada en su intensa piedad eucarística y en el fiel servicio sacerdotal y episcopal, culminado en la sabia, previsora y laboriosa guía del Consejo Pontificio Justicia y Paz. Por último su atenta y siempre disponible apertura a los otros, que conquistó el corazón de cuantos se acercaron a el, empezando por sus carceleros hasta el último de sus "hijos espirituales". El confiado abandono en Dios y la amorosa aceptación de Su voluntad demostradas durante la dolorosa enfermedad que lo llevó a la muerte, fueron el sello de su vida santa, qué hora espera el reconocimiento oficial de la Iglesia. (S.L) (Agencia Fides 17/9/2007 - Líneas: Palabras:


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