EUROPA/ESPAÑA - Asociaciones promotoras de la objeción de conciencia publican un decálogo para dar criterios prácticos a los padres que no quieren que sus hijos cursen la asignatura “Educación para la Ciudadanía”

viernes, 14 septiembre 2007

Madrid (Agencia Fides) - Ante la inminencia del inicio del curso escolar, las 31 asociaciones y plataformas civiles promotoras de la objeción de conciencia, han elaborado un decálogo con el fin de dar criterios prácticos a los padres que se vean afectados por la Educación para la Ciudadanía durante el curso 2007-2008. El decálogo argumenta el fundamento jurídico de la libertad de educación y de la objeción de conciencia y explica el modo en que los padres deben presentar la comunicación al centro educativo. Se recuerda además que la objeción de conciencia es, según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, un derecho reconocido explícita e implícitamente en la Constitución Española (art. 16.1 sobre la libertad ideológica y religiosa), para cuya aplicación no es necesario un desarrollo legal específico para cada materia o caso. En este sentido, los padres objetores ejercen un derecho constitucional y por tanto es inadmisible ningún tipo de sanción, perjuicio o represalia por parte de la Administración.
Asimismo, indica a los padres que la presentación del escrito de objeción se puede hacer antes o después del inicio del curso y se insiste, igualmente, en que este escrito no es una solicitud sino una comunicación que el centro educativo tiene la obligación de recibir. Entre otras indicaciones, se advierte a los padres que, una vez presentado el escrito de objeción, el alumno no deberá asistir a clase de Educación para la Ciudadanía si bien en ningún caso la presentación de la objeción de conciencia justifica la inasistencia del alumno al Colegio, quien podrá realizar actividades alternativas siempre que no contradigan las convicciones de los padres.
En su ultima Carta Pastoral, Mons. Demetrio González, Obispo de Tarazona (España) señala que si bien algunos no lo ven tan grave, sin embargo, “hay que entrar a leer detenidamente la misma ley de educación y los reales decretos que la desarrollan, para darse cuenta de lo que se pretende por parte del legislador: educar la conciencia moral de los niños y jóvenes que serán los hombres del mañana”. Por ello considera que la alarma está justificada, y se debe hacer todo lo que se pueda. “La historia nos juzgará a quienes hemos levantado nuestra voz para denunciar lo que nos parece un atropello de la libertad y para ayudar a los padres a un sereno discernimiento”, afirma. Mons. Demetrio les recuerda, que “los padres pueden recurrir a todos los medios legítimos a su alcance para impedir lo que puede ser un daño para sus hijos”, si bien cada uno deberá juzgar según su conciencia. (RG) (Agencia Fides 14/9/2007


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