ASIA/LAOS - La pequeña Iglesia en Laos, en camino hacia Cristo para fortificar la fe en medio de las dificultades: Entrevista a S.E.R. Mons. Jean Khamsé Vithavong, OMI, Vicario Apostólico de Vientiane

viernes, 7 septiembre 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Hemos venido aquí como hijos de la Iglesia listos a servir y a escuchar a la Iglesia de Roma. La visita Ad limina hace que no nos sintamos solos. No hemos sido abandonados a nosotros mismos: es muy importante para nosotros ver que el Papa y todos sus colaboradores se preocupan por nosotros, que somos una Iglesia muy pobre y pequeña. En la Iglesia universal nos toman en consideración y nos alientan en nuestra misión en Laos”, manifestó a la Agencia Fides S.E.R. Mons Jean Khamsé Vithavong, OMI, Vicario Apostólico de Vientiane, en Roma con motivo de la visita Ad Limina de los Obispos de Laos y Camboya.
Mons. Khamsé recuerda que la Iglesia de Laos es una comunidad joven, que ha conocido el Evangelio hace 120 años, “gracias a los primeros misioneros que llegaron de la vecina Tailandia, ya que los dos países son muy semejantes en su cultura, idioma y etnia. Fueron los sacerdotes de las Misiones Extranjeras de Paris (MEP) los que fundaron las primeras misiones en 1885. Después se expandieron hacia el norte y hacia el sur, hasta la creación del primer Vicariato Apostólico en 1899, que en esa época tenía cerca de 10 mil bautizados. Sucesivamente en 1935 llegaron también los Oblatos de María Inmaculada (OMI)”.
El Obispo hace notar que “los misioneros han sido una presencia preciosa para el pueblo, han aprendido su idioma, compartido la vida de la gente y han predicado el Evangelio permitiendo la formación de una primera comunidad católica local”. Este proceso sufrió una brusca interrupción en 1975 cuando los misioneros fueron obligados a dejar el país por la llegada de los socialista de “Pathet Lao”. “Los pocos sacerdotes nativos fuimos los únicos que quedamos. Se abrió un periodo muy difícil para la Iglesia en Laos. Algunos sacerdotes y Obispos fueron apresados. La situación, después de 15 años, mejoró ligeramente y hoy aún más, con una mayor apertura de las autoridades para concedernos libertad, lo cuál no quiere decir que las cosas hayan cambiado profundamente”.
En esta situación de dificultad se ven pequeños signos de esperanza, como la reciente ordenación de algunos sacerdotes católicos. En el país actualmente sólo hay 15 sacerdotes (para 43,400 fieles) y una de las prioridades de la Iglesia es incrementar la pastoral vocacional para el sacerdocio: “Es importante señalar que el gobierno no concede la visa de ingreso a profesores extranjeros. Y la preparación que estamos en grado de ofrecerles a los jóvenes que se preparan para el sacerdocio no es lo suficientemente adecuada para sus necesidades, desde el punto de vista filosófico y teológico. Hemos abierto un Seminario en la diócesis de Savannakhet, pero permanece el problema de los profesores. Hacemos lo que podemos, esperando también en la ayuda que nos puedan dar las Congregaciones religiosas, como la de los Oblatos de María Inmaculada, o en la posibilidad de enviar a los seminarias al extranjero para algunos periodos de estudio”.
Un notable trabajo está realizando la Iglesia de Laos también con los laicos: “Es importante ocuparse de los laicos, que poco a poco están creciendo, en la actualidad en Laos tenemos más de 250 catequistas. En mi diócesis de Vientiane además tenemos tres hermanas filipinas que se ocupan de las parejas, de los niños y sobre todo de los jóvenes. Un grupo de ellos participó en la Jornada Mundial de la Juventud y esperamos poder ir también a Australia para la JMJ en el 2008. Las religiosas (son Hijas de la Caridad) se esfuerzan mucho. Es lo que podemos hacer en la situación en la que estamos, como joven iglesia asiática. Confiamos en Dios, en la ayuda de la Iglesia Roma y en el apoyo de las congregaciones religiosas”.
Los miembros de las órdenes religiosas han dado también la vida por la Iglesia de Laos. Mons. Khamsé recuerda a dos misioneros OMI, miembros de su comunidad, que han sido ejemplo para todo el pueblo de Laos: P. Mario Borzaga (su causa de beatificación ha sido iniciada) y P. Marcello Zago. “Conocí al P. Mario Borzaga cuando era muy joven, era un buen músico y yo tocaba con él. Era una persona delicada y transparente. Del P. Marcello Zago he apreciado su corazón abierto, caritativo y siempre dispuesto al diálogo: recuerdo la relación que logro establecer con los monjes budistas, compartiendo su vida y una amistad sincera. Después fue llamado a Roma con importantes responsabilidades pero su carisma ha permanecido intacto”.
También gracias a su ayuda, destaca el Obispo, “la religión católica, considerada generalmente ‘religión extranjera’ es conocida mejor, y ha cambiado en sentido positivo la opinión general hacía la fe. En la actualidad hay conversiones, si bien no las podemos mostrarlas demasiado abiertamente. La semilla de la fe va creciendo gradualmente”. (PA) (Agencia Fides 7/9/2007 líneas 56 palabras 822)


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