Freetown (Agencia Fides) - Se realizará mañana, 8 de setiembre, el segundo turno de las elecciones presidenciales en Sierra Leona. El primer turno se desarrolló el 11 de agosto, y vio la afirmación del candidato de la oposición Ernest Bai Koroma (que obtuvo el 44% de los votos) y del Vicepresidente en salida Solomon Berewa, quien llegó segundo con el 38% de los votos. Ambos candidatos, no habiendo alcanzado el quórum (mayoría absoluta) para vencer en el primer turno, se enfrentarán en el segundo turno, donde basta la mayoría simple para vencer. El partido de Koroma, el All People’s Congress Party, conquistó 59 de 112 escaños del Parlamento mientras el Sierra Leone People’s Party de Berewa obtuvo 43 escaños.
El presidente en salida, Ahmed Tejan Kabbah, habiendo ya gobernado por dos mandatos, no puede participar porque la Constitución no prevé un tercer mandato presidencial. Las elecciones de este año son las segundas elecciones desde el fin de la guerra civil en 2002. Ese año se realizaron las elecciones bajo la supervisión de la fuerza de paz de la ONU, que dejó el país en el 2005.
Fides pidió un comentario sobre la situación al P. Gerardo Caglioni, javeriano, que conoce muy bien la realidad de Sierra Leona, habiendo permanecido por largo tiempo como misionero y por haber escrito la historia de la evangelización del país.
“Desde fines de la guerra civil en el 2002 ha habido indudablemente algunos progresos y algunas mejorías. Pero el país con estas elecciones dice que está cansado de promesas vacías y de los viejos personajes de siempre de la historia, y pide, como por lo demás en las elecciones anteriores, un cambio de administración. Por esto el partido en el poder, que ha salido favorecido sólo en el sudeste más desarrollado, ha sido completamente rechazado por el resto del país: el norte y la mayor parte de la península de Freetown. La población de estas áreas rechaza el Sierra Leona People’s Party, pero se encuentra ante la opción de volver al pasado y hacer regresar al gobierno al All People’s Congress Party, el partido en el poder en los años ’90, antes de la guerra civil. Queda la duda, sin embargo, si este partido va a poder gobernar solo o si va a tener que buscar hacer alianzas para varar un ejecutivo.
El futuro de Sierra Leona dependerá por lo tanto de las alianzas entre los dos candidatos a la cabeza y los que no han alcanzado suficientes votos, con el riesgo, según algunos observadores locales, que se llegue a dar la Presidencia de la República a un partido y el Parlamento a otro.
Una cosa es clara, no obstante la tradicional paciencia de los sierraleoneses: están cansados de las promesas y quieren un nuevo país, donde las promesas se mantienen, es decir: trabajo para los jóvenes, una escuela de calidad y una enseñanza mejor (libros, bibliotecas, subsidios, maestros y sobre todo el pago de salarios a los maestros), electricidad (es el único país en el mundo sin electricidad y todo depende del capricho de algunos políticos; una empresa italiana está comprometida en la construcción de una represa desde hace 35 años y no se sabe cuando producirá electricidad). Pero el tema más sentido, que ha estado al centro de la campaña electoral, es la lucha contra la corrupción, que invade todos los niveles de la administración y que resiente todavía del sistema tribal. ¡No pueden convivir dos sistemas, el democrático y el tribal (monárquico), al mismo tiempo!
La gente se pregunta a dónde va a parar toda la riqueza del país, como diamantes, rutilo (del que se saca el titanio), bauxita y otros minerales que son ricos en Sierra Leona, junto al sector pesquero, a la madera y a otros productos. ¿Quién saca ventaja de todo esto? ¿Por qué hay tan pocos ricos y tantos pobres? Parece que la guerra civil que duró once años no ha enseñado nada nuevo y que las cosas, en tantos sectores, sigan iguales o hayan incluso empeorado”. (L.M.) (Agencia Fides 7/9/2007 líneas 44 palabras 676)