VATICANO - Llevar un mensaje de Esperanza a la comunidad marítima, pues “la Esperanza es el ancla segura y firme del alma. Ella, para nosotros los cristianos, tiene un nombres: Jesucristo, el Señor Resucitado” - el documento final del XXII Congreso Mundial del Apostolado del Mar

miércoles, 5 septiembre 2007

Città del Vaticano (Agencia Fides) - “Es necesario comprometerse con la Gente del Mar como testimonios de Esperanza, con la Proclamación de la Palabra, la Liturgia y la Diakonia, y en promover un auténtico humanismo marítimo. Ya que el Apostolado del mar se esfuerza también en edificar la paz, en la justicia, en la libertad, en la verdad y en la solidaridad, se renueva el compromiso a favor de la promoción humana y de la evangelización, una evangelización que sea ‘nueva en su ardor, en sus métodos y en su expresión’ (Juan Pablo II, Discurso a la Conferencia Episcopal Cubana, 9 de junio de 1998), y teniendo bien presentes las palabras de Benedicto XVI ‘el amor es el corazón de la vida cristiana’.” Se concluye con estos acentos el documento final, difundido en estos días, del XXII Congreso Mundial del Apostolado del Mar realizado en Gdynia (Polonia) del 24 al 29 de junio del 2007. Doscientos sesenta delegados (arzobispos, obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, laicos, voluntarios, personal marítimo y observadores) provenientes de 60 países, se reunieron para reflexionar sobre el tema “En solidaridad con la Gente del Mar, testimonios de Esperanza con la Palabra de Dios, la Liturgia y la Diakonia”. Desde el inicio, el Congreso fue formulado y programado para que fuera un evento pastoral que otorgase Apostolado del Mar (A.M.) una ocasión para reflexionar y poner la atención sobre aquello que constituye su espiritualidad y su contribución específica al mundo marítimo.
En las Conclusiones los delegados afirman que se sienten llamados a introducir en el mundo marítimo un “humanismo cristiano de la Esperanza”, por medio de la presencia y el testimonio en las comunidades marítimas y de la pesca. “La Esperanza es el ancla segura y firme del alma. Ella, para nosotros los cristianos, tiene un nombre: Jesucristo, el Señor Resucitado… parte de la misión del A.M. es llevar este mensaje de Esperanza a la comunidad marítima, siendo también voz de aquéllos que no tienen voz. Es necesario respetar la dignidad de cada persona - y de hecho es la base para el diálogo interreligioso. Repitiendo las palabras del Papa Benedicto (Deus Caritas Est, 34), las actividades del A.M. “resultan insuficientes si en ellas no se puede percibir el amor por los hombres con los que trabajan, un amor que se alimenta con el encuentro con Cristo”. Dios nos ama, así que nosotros podemos amar a los demás. La Esperanza y la solidaridad, entonces, hablan a través de nosotros cuando reafirmamos nuestro compromiso con las triples responsabilidades que constituyen el ser y la especificidad de todo nuestro compromiso pastoral: el papel de la proclamación de la Palabra de Dios en el A.M.; la celebración de los Sacramentos como fuente y “raison d’être” de nuestro cuidado pastoral; el servicio, “diaconía” para todos, especialmente para los más pobres”.
Entre los proyectos e iniciativas planteadas en el documento final del Congreso figuran: establecer el diálogo con el País de origen de los marineros católicos de paso; promover y desarrollar cursos de formación para líderes laicos y ministros de la Eucaristía a bordo; dar prioridad al desarrollo de programas de sensibilización en materia de salud e higiene, pero sin ignorar los principios éticos; informar a los marineros a bordo sobre la celebración regular de Misas dedicadas a ellos y a sus familias en las parroquias; identificar y sostener a líderes a bordo para reclutar y formar Ministros extraordinarios de la Eucaristía; desarrollar programas destinados a informar a la Iglesia sobre la página web, y a formar en su uso a los miembros del A.M. y a los familias de los marineros. (S.L.) (Agencia Fides 5/9/2007, líneas 45, palabras 647)


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