VATICANO - “Europa tiene necesidad de lugares de encuentro y de experiencias de unidad en la fe guiadas por el Espíritu… ¡Que la luz de Cristo ilumine el camino del continente europeo!”

miércoles, 5 septiembre 2007

Castel Gandolfo (Agencia Fides) - “Veo este importante encuentro con la viva esperanza de que hará progresar el camino ecuménico hacia la recomposición de la plena y visible unidad de todos los cristianos. Esta, de hecho, es una prioridad pastoral que he deseado subrayar desde el inicio de mi Pontificado. El compromiso en la búsqueda de la unidad visible de todos los cristianos es esencial, para que luz de Cristo pueda brillar sobre todos los hombres”. Escribe el Santo Padre Benedicto XVI en su Mensaje enviado a los delegados y participantes de la Tercera Asamblea Ecuménica Europea de Sibiu (Rumania) sobre el tema “La luz de Cristo brilla sobre todos los hombres. La esperanza de renovación y de unidad en Europa” (ver Agencia Fides 4/9/2007). El Mensaje, que lleva fecha del 20 de agosto y ha sido hecho público el día de hoy, está dirigido al Cardenal Péter Erdò, Presidente del Consejo de las Conferencias episcopales de Europa, y al Pastor Jean-Arnold de Clermont, Presidente de la Conferencia de las Iglesias de Europa.
El Santo Padre recuerda que desde el Concilio Vaticano II “la Iglesia católica se comprometió de manera irreversible a recorrer la vía de la búsqueda ecuménica, poniéndose así a la escucha del Espíritu del Señor, que enseña como leer atentamente los signos de los tiempos” (Ut unum sint, 3), tal camino es “seguramente difícil, pero lleno de gozo”, como testimonian tantas iniciativas ecuménicas de los últimos años y el trabajo en el diálogo teológico. En particular, Benedicto XVI subraya dos elementos que deben orientar el compromiso ecuménico: “el diálogo de la verdad y el encuentro bajo el signo de fraternidad. Ambos tienen necesidad del ecumenismo espiritual como fundamento… La oración por la unidad representa el camino privilegiado hacia el ecumenismo. Permite a los cristianos de Europa mirar con nuevos ojos a Cristo y a la unidad de su Iglesia. Además, ella hace capaces de afrontar con valentía tanto los recuerdos dolorosos de los que no está exenta la historia europea, como los problemas sociales de la era del relativismo, tan predominante hoy en día.
De este modo el Papa exhorta a los cristianos a ser conscientes de la tarea que les ha sido confiada: “llevar a Europa y al mundo la voz de Aquel que dijo: ‘Yo soy la luz del mundo; quien me sigue, no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida’ (Jn 8,12). Es nuestra tarea hacer brillar la luz de Cristo delante de los hombres y mujeres de hoy: no nuestra propia luz, sino la de Cristo”. Invocando de Dios la unidad y la paz para los europeos, el Mensaje se concluye alentando a la Tercera Asamblea Ecuménica Europea de Sibiu, “lograr crear espacios de encuentro por la unidad en la legítima diversidad”. “En una atmósfera de confianza recíproca y con la conciencia de que nuestras raíces comunes son mucho más profundas que nuestras divisiones -escribe Benedicto XVI-, será posible vencer .a falsa autosuficiencia y superar las divisiones, experimentando espiritualmente el fundamento común de nuestra fe. Europa necesita de lugares de encuentro y de experiencias de unidad en la fe guiadas por el Espíritu… ¡Que la luz de Cristo ilumine el camino del continente europeo!”. (S.L.) (Agencia Fides 5/9/2007; líneas 39, palabras 563)


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