Instrumentum mensis Iunii pro lectura Magisterii Summi Pontifici Benedicti XVI pro evangelizatione in terris missionum

sábado, 7 julio 2007

El mes de junio ha sido rico en intervenciones particularmente significativas del Santo Padre Benedicto XVI sobre temas fundamentales para la vida de la Iglesia: de la homilía para la fiesta del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo a las palabras para la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, de la inauguración del Congreso anual de la Diócesis de Roma sobre el tema: “Jesús es el Señor. Educar a la fe, al seguimiento, al testimonio” a la publicación de la carta “a los Obispos, presbíteros, personas consagradas y fieles laicos de la Iglesia católica en la República Popular China”. Una carta intensa y amable, rica de contenidos y argumentos. Con ella Benedicto XVI ha querido dar voz “a los sentimientos que tengo hacia vosotros como Sucesor de Pedro y Pastor universal de la Iglesia”. “Sabéis bien - escribió el Pontífice - lo presentes que estáis en mi corazón y en mis oraciones cotidianas, y lo profunda que es la relación de comunión que nos une espiritualmente”. Por lo tanto el Santo Padre ha querido hacer llegar las expresiones de Su fraterna cercanía. “Intensa - ha escrito - es la alegría por vuestra fidelidad a Cristo Señor y a la Iglesia, fidelidad que habéis manifestado a veces también con graves sufrimientos, ya que Dios os ha dado la gracia de creer en Jesucristo y aun de padecer por él. No obstante, existe preocupación por algunos aspectos importantes de la vida eclesial en vuestro País”. Y asimismo: “Sin pretender tratar todos los detalles de problemas complejos bien conocidos por vosotros, quisiera con esta Carta ofrecer algunas orientaciones sobre la vida de la Iglesia y la obra de evangelización en China, para ayudaros a descubrir lo que el Señor y Maestro, Jesucristo, la clave, el centro y el fin de toda la historia humana, quiere de vosotros”.


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