AFRICA/ZIMBABWE - Zimbabwe: mientras la economía se derrumba continúa la operación de descrédito de quien se opone al gobierno

jueves, 26 julio 2007

Harare (Agencia Fides) - La inflación, la sequía y las políticas desastrosas del gobierno siguen agravando la situación económica de Zimbabwe. Después de haber impuesto la reducción del precio de los bienes de consumo de primera necesidad (ver Fides 4 y el 13 de julio de 2007), el Presidente Robert Mugabe presentó al Parlamento un proyecto de ley para nacionalizar las empresas extranjeras presentes en Zimbabwe, una medida que, si fuera adoptada, arriesgaría de aislar aún más el País de la comunidad internacional.
El control de los precios ha hecho casi imposible encontrar los bienes de primera necesidad, especialmente en las comunidades rurales. La imposición de vender la carne al precio fijado por el gobierno ha hecho sí que la carne desapareciera de los estantes de los negocios, pero que esté disponible a un precio doblemente mayor en el mercado negro.
La falta de carne también deriva del hecho que, desde cuando el gobierno ha redistribuido la propiedad de 4 mil empresas agrícolas, cuyos propietarios eran de origen europeo, a la población africana, se ha reducido fuertemente el patrimonio zootécnico del País. Las cabezas de ganado pasaron de 1 millón 400mil en el 2000 a 250mil hoy.
Para hacer frente a la emergencia alimenticia, Zimbabwe decidió importar 200mil toneladas de maíz de Tanzania y otras 200mil de Malawi. Según la organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO) un tercio de los habitantes de Zimbabwe (4 millones de personas) tienen necesidad de ayuda alimenticia.
Los expertos locales afirman que la política de diezmar los precios es de poca duración porque los beneficios para los ciudadanos del País, afectados por una inflación del 4.500% (9.000%, según fuentes no oficiales), sólo se han advertido por pocos días. Después, en cambio, los comerciantes (algunos de los que fueron arrestados por no haber bajado los precios) han sido obligados a cerrar sus actividades comerciales, porque se encontraban en quiebra. Estas personas aumentaron las filas de los desocupados que ya son millones.
Al mismo tiempo, continúa la campaña de descrédito de los opositores del gobierno. Entre ellos se encuentra Mons. Pius Ncube, Arzobispo de Bulawayo, sobre quien fueron difundidas voces difamatorias.
Según la agencia CISA de Nairobi, el arzobispo recibió la solidaridad de la Conferencia Episcopal sudafricana que concedió una declaración en la que se afirma que "los ciudadanos de Zimbabwe y de la comunidad internacional no serán apartados, a causa de estas afirmaciones, en continuar con los esfuerzos para encontrar una solución a los graves problemas que agobian al País en este momento". Además muchas asociaciones de Zimbabwe para la defensa de los derechos humanos expresaron solidaridad y consideración respecto a Mons. Ncube, uno de los mayores críticos del régimen local. Zimbabwe Lawyers for Human Rights, afirma que las acusaciones contra Mons. Ncube no son otra cosa que "una táctica diversiva" para apartar la atención de la población de los problemas reales del País. (L.M.) (Agencia Fides 26/7/2007 Lineas: 39 Palabras: 503)


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