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Roma (Agencia Fides) – La tuberculosis resulta aún hoy una de las infecciones más peligrosas según estima la OMS, en efecto, cada año es causa de la muerte de cerca de dos millones de personas en el mundo. La evolución de cepas resistentes a la bacteria infecciosa (TB) es uno de los principales responsables de la dificultad para el tratamiento de la enfermedad. El TB ha elaborado una estrategia para sobrevivir en el organismo y permanecer sin ser molestado por largos periodos de tiempo: se esconde en el interior de células normalmente encargadas precisamente de la destrucción de los agentes que producen la enfermedad, y consigue de esta manera huir a los ataques del sistema inmunitario y del tratamiento farmacológico.
Explotando para su propia ventaja las defensas inmunitarias de la célula que lo alberga, el microbio que provoca la tuberculosis se esconde con habilidad y va acumulando fuerzas antes de comenzar su inesperado ataque. La bacteria, responsable de más muertes que ninguna otra, utiliza incluso las defensas de su anfitrión, escondiéndose en una célula del sistema inmunitario llamada macrófago. Un investigador de la Rockefeller University ha descubierto un método con el cual el sistema inmunitario puede neutralizar el ataque del microbio. Si esta defensa pudiera ser reforzada se podría incluso derrotar biológicamente la TBC: La clave de todo está en descubrir cuales son los genes implicados en la actividad antimicrobiológica contra la TBC. (AP) (5/11/03 Agencia Fides; Líneas: 23 - Palabras: 254)
