AMERICA/ARGENTINA - Carta Pastoral con vistas a la beatificación de Ceferino Namuncurá quien “nunca dejó de ser misionero” y deseaba ser sacerdote entre su pueblo

lunes, 23 julio 2007

Patagonia (Agencia Fides) - Los Obispos de la Región de de la Región Patagonia-Comahue han escrito una Carta a todos los hombres y mujeres de Argentina con motivo de la próxima beatificación de Ceferino Namuncurá, que tendrá lugar en la localidad de Chimpay (Río Negro - Patagonia Argentina), cuna de Ceferino, el próximo domingo 11 de noviembre, según ha anunciado el Santo Padre, Benedicto XVI, quien ha firmado el decreto de Beatificación el 6 de julio del 2007. Esperan los Obispos que este acontecimiento “renueve nuestro compromiso por seguir el camino de santidad que recorrió Ceferino y nos ayude a conocer más el paso de Dios por nuestra historia” y al mismo tiempo suponga una renovación en el país “la adhesión al don de la fe cristiana, tomando en serio el Evangelio, como lo hizo Ceferino”.
Ceferino Namuncurá, joven indio originario de Chimpay, Valle Medio del Río Negro, nació el 26 de agosto de 1886 y fue educado por los misioneros Salesianos en el Colegio Pío IX de Buenos Aires. Continuó sus estudios en Viedma y luego en Italia. En 1904, a la edad de 17 años, contrajo la tuberculosis y murió el año siguiente, el 11 de mayo de 1905. Toda la vida de Ceferino estuvo marcada por sus orígenes de los que nunca renegó. Hijo de un jefe de tribu, llevó siempre consigo la tradición, la cultura, la riqueza espiritual y los valores de su gente. En 1944 comenzó el proceso por la causa de beatificación. Su cuerpo descansa en el Santuario de Maria Auxiliadora Fortín a Mercedes, Pedro Luro (Buenos Aires), dónde fue repatriado desde Italia en 1924 y que pronto se convirtió en meta de peregrinaciones.
Los Obispos presentan la figura del futuro beato en su contexto cultural e histórico, la Patagonia, zona donde nació la Iglesia, gracias a “la actividad incansable y a la abnegación de aquellos misioneros que, dejando su patria, vinieron a predicar el Evangelio y a dar vida a numerosas obras de educación, de asistencia social, de promoción humana y cristiana, sumando esfuerzos con otros cristianos y personas de buena voluntad”. Una acción misionera, continúan los Obispos “que más allá de sus límites buscó aprender a caminar con los pobres y con el pueblo mapuche”. Recuerdan a continuación algunos elementos importantes de su vida, destacando principalmente lo característico de su ser cristiano, que enriquecido por la herencia de su gente, del pueblo mapuche. Ceferino pronto recibió el bautismo en la Iglesia Católica y “manifestó la grandeza de su corazón a través de su profunda sensibilidad, compasión frente al dolor y la miseria de los suyos” lo cual le llevó a ir descubriendo en él “una llamada más profunda: ‘ser sacerdote y misionero de su pueblo’. Un deseo que se hizo siempre más fuerte en su corazón, un proyecto de vida más amplio que lo llevó a mantenerse siempre firme en el seguimiento de Jesús”. Este llamamiento le daba “la fuerza y sentido al tener que irse lejos de los suyos, estudiar otra cultura, aprender italiano y latín”. “Y nunca dejo de ser misionero” incluso en los últimos momentos de su vida en un hospital, se lee en la Carta.
La vida de Ceferino es según los Obispos “un mensaje de santidad, vivida en el compromiso serio frente a la realidad de su gente... asumió el Evangelio como proyecto de vida”. “En tiempos violentos y de crisis, como los que lamentablemente nos toca vivir hoy, su ejemplo nos enseña a ser fuertes, a tener un corazón y una mirada capaz de descubrir lo esencial, para superar tanta discriminación y violencia. Su entereza y la firmeza en sus opciones nos estimula a no dejarnos llevar por los intereses mezquinos, sino a buscar el bien de todos”. Su vida constituye pues un claro mensaje especialmente para todo joven que busca la verdadera vida. Concluyen los Obispos su Carta pidiendo la intercesión de Ceferenio para que “nos ayude, como Iglesia en la Argentina, a ser hoy discípulos y misioneros trabajando en comunión fraterna para que todos se encuentren con Dios y su Palabra, y en Él tengan Vida”. (RG) (Agencia Fides 23/7/2007 Líneas: 47 Palabras: 706)


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